jueves, 7 de mayo de 2015

Elimina la ansiedad, ¡ten paz!

¿Ansiedad, miedo, incertidumbre? ¿Te suena familiar? Hoy en día prácticamente todos experimentamos esos estamos con bastante frecuencia, lamentablemente. Parece que hace mucho que realmente no experimentamos paz verdadera.

Según el diccionario la paz siempre se define en términos negativos, es decir, es una situación donde no hay guerra, ni pleitos. Sin embargo la Biblia define la paz en términos positivos. Pero Dios define la paz como un estado de tranquilidad y confianza en Dios, en Su salvación y saber que Él tiene el control. Jesús es la única fuente de la paz. Él mismo predicó la paz y murió en la cruz para hacer posible la paz con Dios, con los demás y con nosotros mismos. 

Vivir en paz debe ser une estilo de vida presente en todo momento. Para conservar la paz entre Dios y nosotros, necesitamos conocer lo que Dios dice, para entonces desarrollar la confianza en Él. Si no conocemos lo que Dios nos promete no podemos pedírselo. Isaías 48:18 nos recuerda: “¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. ” Quien no quisiera tener tanta paz que se parezca a un rio y refresque a todos los que están a nuestro alrededor. Además de esta confianza en Dios, es necesario ser  muy fieles a la oración. Filipenses 4:7 nos dice: "Por nada estemos afanosos o preocupados, sino sean conocidas nuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y entonces, la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". No oramos para que Dios sienta bonito, oramos para desarrollar una relación con Él, oramos para aprender a confiar plenamente en lo que Él dice, y aprender a experimentar Su paz. 

Para estar en paz con los demás, sean papás, hermanos, amigos, novios(as), compañeros de trabajo, etc., necesitamos buscar la paz y seguirla. La recomendación en Salmos 34:14 es: “Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela.Buscar la paz significa esforzarnos, dejar nuestro ego y poner un extra para estar en paz con otros.  

Y tal vez lo más complicado será estar en paz con nosotros mismos. ¿Qué te tiene ansioso, qué te quita la paz?, es una pregunta interesante. Pensemos en qué momentos nos hemos sentido intranquilos, preocupados, impotentes, angustiados… Sentirnos así es consecuencia de la presencia del pecado en nosotros. Suena complicado, ¿cierto?, pero es que cada vez que sentimos que las circunstancias nos ahogan, es porque no tenemos confianza en Dios y no somos capaces de cederle el control a Dios, somos egoístas. La paz se va de nosotros cuando no estamos actuando de la manera correcta y queremos solucionar las cosas a nuestra manera, suena fuerte, pero es pecado. Dios quiere que vivamos tranquilos, quiere que tengamos una buena vida, pero para lograrlo necesitamos obedecer lo que Él dice. El estilo de vida divino es 100% aplicable hoy en día, la Biblia es un conjunto de principios para vivir bien, de manera saludable, provecha, con éxito y sobretodo en paz.  El Salmo 119:165 nos recuerda que "mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo". Busquemos hacer la voluntad de Dios, a pesar de las circunstancias y está garantizado que tendremos paz, a pesar de las circunstancias. 

Una vez que decidimos adoptar las ideas de Dios a nuestra vida, entonces es necesario desarrollar el contentamiento, es decir, estar agradecido con mi situación actual. Siempre habrá algo más que comprar, alguien más con quién convivir, un logro más que alcanzar; pero dejemos de vivir en el hubiera, en el posible futuro, llenos de quejas, de complejos. Vivir agradecidos es una decisión, no un sentimiento. Veamos las cosas que sí tenemos y agradezcamos esas, dejemos de poner nuestra mirada en todo aquello que no tenemos y que nos hace desdichados; entonces experimentaremos una paz fuera de lo conocido.

Muchos creen que podemos encontrar la paz en nosotros mismos, pero cuántos han logrado hasta ahora; la verdad es que la única manera de encontrar paz es a través de la presencia del Espíritu Santo en nosotros, independientemente de la solución de los problemas. No tratemos de entenderla, aprendamos a vivirla. Lo más importante es que decidamos tomar acciones en nuestra vida para tener paz, y es en esa constante de paz que tomaremos las decisiones adecuadas conforme a la voluntad de Dios. La confianza en Dios desarrolla la paz que tanto buscamos.

¡Cambio y Fuera!

martes, 10 de febrero de 2015

La decisión más importante de tu vida

Después de crear al ser humano Dios hace algo extraordinario con el hombre, le dice: (Génesis 2:16-17) “y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»” ¿Qué tiene de especial? Les está dando la oportunidad de escoger, habla sobre las consecuencias negativas de elegir el árbol incorrecto, pero les da la oportunidad de tomar una decisión personal.

A lo largo de la Biblia vemos ese patrón repetirse en muchas ocasiones, Dios no obliga al ser humano a nada, siempre le da la oportunidad de elegir, con plena consciencia de las consecuencias positivas y negativas, pero al final nos da la oportunidad de decidir. La decisión más importante de nuestra vida no es qué carrera estudiar ni con quién nos vamos a casar, es creer o no creer en Dios, seguirlo o no. De aquí parten todas las decisiones importantes de tu vida. La promesa al venir Jesús al mundo es que al creer en Él todos podemos ser salvos. Dios nos da la libertad de elegir porque nos ama y quiere que le demostremos amor. Aunque es Dios y por otro lado ya sabe el futuro y sabe quiénes tomarán la decisión de seguirlo, durante nuestra vida es nuestra responsabilidad hacer esa elección.

Creer en Dios significa someter nuestra voluntad a su voluntad y a sus designios. ¿Cuál es la voluntad de Dios? Es la pregunta más común, encontramos la mejor respuesta en 1ª Timoteo 2:4: “pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.” Que tu seas salvo y que conozcas la verdad de Dios es Su voluntad, todo lo demás proviene de esta premisa. Significa comenzar a querer lo que Dios quiere.

Dios en la persona de Jesús se sometió a la muerte, a pesar del poder que tenía sobre ella. Así mismo nosotros no tenemos excusas para someternos a Él. ¿Tu que escoges? Deuteronomio 30:19 dice: “Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.” Dios no quiere que lo adoremos, quiere que queramos adorarlo, por eso nos da la capacidad de elegir. ¿Tu vida que demuestra, qué elección has tomado?


¡Cambio y fuera!

jueves, 29 de enero de 2015

La Admirable María

¿Quién de nosotros no ha escuchado sobre María la madre de Jesús, la entonces Virgen María? Un mujer digna de nuestra admiración y de quien podemos aprender muchísimo. Y es que imagínate vivir y pasar por todo lo que ella pasó, Dios la escogió para una labor muy especial, pero a la vez complicada.

Esta es la historia de cómo María se entera que será la mamá de Jesús. “Dios mandó al ángel Gabriel a Nazaret, un pueblo de la región de Galilea. El ángel llevaba un mensaje para una joven llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con José, quien era descendiente del rey David. El ángel entró a donde estaba María, la saludó y le dijo: —¡Dios te ha bendecido de manera especial! El Señor está contigo. María se sorprendió mucho al oír un saludo tan extraño, y se preguntaba qué significaba eso. Entonces el ángel le dijo: —No tengas miedo, María, porque Dios te ha dado un gran privilegio. Vas a quedar embarazada; y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús. Este niño llegará a ser muy importante, y lo llamarán “Hijo del Dios altísimo”. Dios lo hará rey, como hizo con su antepasado David; gobernará a la nación de Israel para siempre, y su reinado no terminará nunca. María le preguntó al ángel: —¿Cómo pasará esto, si aún no me he casado? El ángel le contestó: —El Espíritu Santo se acercará a ti; el Dios altísimo te cubrirá con su poder. Por eso el niño vivirá completamente dedicado a Dios, y será llamado “Hijo de Dios”. Tu prima Isabel, aunque ya es muy vieja, también va a tener un hijo. La gente pensaba que ella nunca podría tener hijos, pero hace ya seis meses que está embarazada. Eso demuestra que para Dios todo es posible. María respondió: —Yo soy la esclava del Señor. Que suceda todo tal como me lo has dicho. Y el ángel se fue.” Lucas 1:26-38

En una reacción totalmente normal, María se siente turbada no por la presencia del ángel, sino por el alcance de sus palabras, a primera instancia no entiende muy bien cómo va a suceder todo. Ella solo podía ver su condición actual, pero Dios la vio con gracia y tenía planes mayores para ella, como los tiene para todos nosotros. Pero una vez que el ángel le explica por completo su respuesta demuestra el gran carácter que la distingue: “Yo soy la esclava del Señor. Que suceda todo tal como me lo has dicho.” ¿Cómo respondemos a los mensajes que Dios nos manda en su palabra, acaso respondemos como María o primero nos quejamos y reclamamos?

Su prima Isabel o Elisabeth, como muchas traducciones la mencionan, también estaba embarazada solo que ella en su vejez para constatar un milagro más del poder de Dios. Y María decide ir a visitarla para darle la noticia de su embarazo. En cuanto llega a verla el bebe de Elisabeth comienza a brincar en su vientre y María entona un canto de agradecimiento a Dios (Lucas 1:46-55). Se dice que todo el canto muestra que ella sabía mucho del Antiguo Testamento y de los Salmos, de la historia de Israel, además busca alabar a Dios en todo tiempo con humildad. Demostrando que tenía una amplia relación con Dios. María era sencilla y estaba dispuesta a servir a Dios. De hecho fue el único ser humano que presenció el nacimiento y la muerte de Jesús. Lo vio nacer como un bebe y lo vio morir como su Salvador.

José y María llevaron al niño Jesús con el sacerdote Simeón a que lo bendijera y después de dar una hermosa bendición le dijo a María estas palabras: “Y a ti, María, esto te hará sufrir como si te clavaran una espada en el corazón.” (Lucas 2:35) El papel que le tocaba a María era muy difícil, pero estuvo dispuesta. ¿Estás dispuesto a que Dios te use como a María?

Como mamá hizo un excelente trabajo, el evangelio dice que “así que Jesús bajó con sus padres a Nazaret y vivió sujeto a ellos. Pero su madre conservaba todas estas cosas en el corazón.” (Lucas 2:51) Jesús era un hijo muy obediente, porque tenía papás que hacían un excelente trabajo. Pero lo más interesante que mencionan en varias ocasiones los evangelios es que María guardaba todo en su corazón y meditaba en ello. Era discreta y prudente y meditaba constantemente en Dios. ¿Cuándo algo difícil te pasa cuál es tu primer recurso platicárselo a todos o platicarlo con Dios?

Los planes de Dios incluyen hechos extraordinarios de gente sencilla. María conocía y aplicaba la palabra de Dios, estaba dispuesta a ser útil para Dios. Recordemos que el carácter de una persona se revela por su respuesta a lo inesperado. ¿Estás listo para ser como María y parecerte a esta increíble mujer que amó a Dios y estuvo dispuesta a servirlo, ser obediente y dar su vida por Él?


¡Cambio y Fuera!

viernes, 23 de enero de 2015

Adoradores de Jesús

Sabías que los reyes magos, ni eran reyes y ni eran magos, y tampoco podemos asegurar que eran tres. Eran sabios expertos en toda clase de ciencias, porque se les dice “magos”, porque eran conocedores de astronomía. Venían del este, de muy lejos, se cree que de Arabia, e hicieron un viaje largo y muy caro porque estaba desesperados por conocer y adorar al Rey que acaba de nacer. Ellos, al ser muy entendidos en todas las ciencias, habían leído todas las profecías sobre Jesús, así que aun sin ser judíos deseaban ir a adorarle en cuanto naciera. Adorar es amar en exceso y eso hicieron ellos con un bebe recién nacido que apenas conocían, pero por quien estaban dispuestos a todo, ya que sabían el significado de Su vida. Y hay 6 cosas que podemos aprender sobre este hecho tan especial.

UNO – Todo empieza con un deseo sincero por adorar. Ellos dejaron todo por ir a adorar a Jesús siendo un bebé, aun no conocían sus milagros, ni habían presenciado la resurrección, solo sabían que sería el Salvador y era motivo suficiente. Quienes de verdad desean conocer a Cristo no piensan en lo que pueda costarles. Es una necesidad espiritual no física. No puedes satisfacer necesidades espirituales de manera física. ¿Cómo llenas tu soledad, tu angustia, tu tristeza, tu decepción, tus heridas emocionales? Por eso hay tantas adicciones. Adorar es conectarte con tu creador reconociendo tu necesidad de Él.

DOS – Tener la fe de que Dios va a actuar en forma increíble. Mateo 2:2 dice: “y preguntaron: «¿Dónde está el niño que nació para ser el rey de los judíos? Vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarlo.»” No hubo ningún periódico, notificación de Facebook, cadena de televisión o medio internacional que anunció el nacimiento de Jesús; ellos sabían que nacería porque estaban al pendiente y Dios manda un estrella que les indique por donde, pero van con fe y seguridad de que el niño ya nació. Están seguros de que Él va a estar ahí, lo reconocen como rey. ¿Cómo te relacionas con Dios? Si te acercas a Él con fe Dios te va a revelar su voluntad a tu vida.

TRES – Escoger expresar alegría. La Biblia dice que los sabios se pusieron felices al ver la estrella (Mateo 2:10). La alegría sucede cuando escoges seguir a Dios. Adorar se trata de disfrutar el amor de Cristo y demostrarlo.

CUATRO – Deciden humillarse. Mateo 2:11 dice: “Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se arrodillaron para adorarlo. Abrieron los cofres que llevaban y le regalaron al niño oro, incienso y mirra.” Que momento tan increíble en el que éstos sabios tan importantes hayan decidido arrodillarse ante un bebe. Parte del adorar es reconocer que estás en la presencia de alguien más grande que tú. ¿Cómo te acercas a Dios, retándolo, sintiendo que le haces un favor o verdaderamente te humillas delante de Él?

CINCO – Dieron regalos. ¿Qué le das a la persona que hizo todo o que tiene todo? Tu mismo eres el mejor regalo para Dios, tu devoción y tu vida. Se dice que la representación de los regalos que dieron los sabios es así: Oro, porque era el regalo que se le daba a los reyes, así que a Dios le das lo mejor de ti. Incienso, era el olor que usaban los sacerdotes en los rituales para perdonar pecados delante de Dios, así que en cierta forma le das lo peor de ti a Jesús y sabes que ahora Él va a interceder por ti. Y mirra es la especia con la que embalsamaban a los muertos en aquel tiempo, así reconocían que Jesús moriría pero para ser nuestro Salvador.

SEIS – Terminar con un cambio. Mateo 2:12 “Dios les avisó a los sabios, en un sueño, que no volvieran al palacio de Herodes. Ellos, entonces, regresaron a su país por otro camino.” Cuando adoras de la manera correcta, cambiarás tu manera de pensar, actuar y vivir.

¿Estás listo para adorar a Dios? Mientras te saboreas la deliciosa rosca de reyes medita en lo mucho que podemos aprender de los primeros adoradores de Jesús.


¡Cambio y Fuera!

lunes, 12 de enero de 2015

¿Sabes quién es Jesús?

¿Sabes quién es Jesús? Jesús marcó la historia, hay un antes y un después de su nacimiento. Jesús es el Salvador del mundo, pero sobretodo, Jesús es la única forma para que puedas acercarte a Dios; por eso es tan importante conocer y valorar Su nacimiento.

Así fue como nació Jesús, el Mesías: su madre, María estaba comprometida para casarse con José. Pero antes de que vivieran juntos, se supo que ella estaba embarazada. José era un hombre bueno y obediente a la ley de Dios. Como no quería acusar a María delante de todo el pueblo, decidió romper en secreto el compromiso. Mientras pensaba en todo esto, un ángel de Dios se le apareció en un sueño y le dijo: «José, no tengas miedo de casarte con María. El Espíritu Santo fue quien hizo que ella quedara embarazada. Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados.» Cuando José despertó, obedeció al ángel de Dios y se casó con María. Pero no durmieron juntos como esposos antes de que naciera el niño. Y cuando éste nació, José le puso por nombre Jesús. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías: «¡Presten atención! Una joven virgen quedará embarazada, y tendrá un hijo. Y llamarán a ese niño Emanuel.» Este nombre significa «Dios está con nosotros». (Mateo 1:18-25 TLA)

Imagínate qué significaría para Jesús dejar de ser Dios y convertirse en hombre. Dice Juan 1:14 “Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros. Vimos el poder que le pertenece como Hijo único de Dios, pues nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad.” Realmente es imposible poder entenderlo, porque aunque tenía el poder, dejó de ser Dios para ser cien por ciento hombre, y lo hizo por amor a nosotros; por razones que nadie conoce Dios nos ama de manera sobrenatural. De ser todopoderoso, decidió “limitarse” a sí mismo y venir a vivir como un mortal, sujeto a la Palabra de Dios y a sus padres para salvarnos. 

Jesús fue de carne y hueso pero no fue común y corriente. Su objetivo fue crear un mundo muy diferente, darte una vida diferente, ¿estás listo? ¿Absurdo o capaz de transformar la vida? ¿cómo lo ves? ¿tu qué crees de Jesús? Para todos los que lo ven como un buen hombre y pensador, pero no le creen la parte divina, se están engañando a sí mismos, con Jesús no se puede ir a medias tintas. Un hombre que hubiera sido simplemente un hombre y que hubiera dicho la clase de cosas que Jesús, no hubiera sido un gran maestro ético, hubiera sido un lunático. Tienes que tomar la decisión, ¿o es el Hijo de Dios o es un cualquiera? Jesús está esperando que lo sigas y vivas una vida diferente. Este nuevo año tienes la oportunidad de abrirle tu vida, tu ¿qué decides?

¡Cambio y Fuera!

lunes, 29 de diciembre de 2014

Sadrac, Mesac y Abed-nego

¿En qué crees? ¿Estarías dispuesto a dar tu vida por defender lo que crees?  Hoy te contaremos una historia que casi parece irreal, pero es cien por ciento cierta, sobre tres chavos que estuvieron dispuestos a poner su vida en riesgo con tal de defender sus convicciones.

Hace muchísimos años en la época del rey Nabucodonosor en Babilonia el pueblo de Israel estaba cautivo y vivía bajo el dominio de los babilonios, pero como los judíos había diversos pueblos cautivos. Así que el rey mandó hacer una estatua altísima para que todos lo adoraran. Y dio la orden en cuando tocaran cierta música todos debía inclinarse ante la estatua, y quien no lo hiciera sería arrojado de inmediato a un horno encendido. Y así fue, pero los soldados encontraron a tres judíos que no lo hicieron y fueron a delatarlos ante el rey.  Cuando el rey se dio cuenta de quienes eran, Sadrac, Mesac y Abed-nego, recordó que tenían puestos importantes en el gobierno, pero aun así mandó llamarlos para meterlos al horno de fuego. Y entonces les dijo que les daría una oportunidad más, pero ellos contestaron así: “Su Majestad, eso no es algo que nos preocupe. Si el Dios que adoramos así lo quiere, es capaz de librarnos del fuego y del poder de Su Majestad. Pero aun si no quisiera hacerlo, nosotros no pensamos adorar esa estatua de oro.

Cuando el rey Nabucodonosor oyó esto se enojó muchísimo así que pidió que calentaran al máximo el horno.  Al momento que lanzaron al horno a los muchachos el fuego era tan alto que alcanzó a quemar a los soldados que los lanzaron. Pero de repente dentro del horno se veían cuatro en lugar de tres, y el cuarto parecía un ángel. Cuando Nabucodonosor vio esto les gritó a los muchachos que salieran del horno y se dio cuenta que no se habían quemado nada y salieron intactos. Entonces el rey dijo: “Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió a su ángel para salvarlos. Tanto confían ellos en su Dios, que no quisieron obedecer mis órdenes. ¡Estaban dispuestos a morir, antes que adorar a otro dios! »No hay otro dios que pueda hacer lo que el Dios de estos jóvenes ha hecho. Por lo tanto, ordeno que quien hable mal de este Dios sea cortado en pedazos, y que su casa se convierta en un basurero. ¡No me importa de dónde sea ni qué idioma hable!» Además, Nabucodonosor les dio a los tres jóvenes puestos aun más importantes en el gobierno de Babilonia.
¿Impresionado?

¿Qué imágenes doradas hay en nuestro tiempo que nos demandan nuestra adoración? ¿Tu pareja, tu trabajo, tu dinero, alguna de tus pertenencias, tu teléfono, tu mismo…? ¿Pero realmente vale la pena que sean dueños de tu devoción? Solo Dios merece nuestra entera devoción, no se trata de que todo el día estemos dedicados a Dios, pero si se trata de una vida equilibrada, donde busquemos que todo lo que hagamos sea enfocado a mejorar nuestra relación con Dios. pero requiere mucha valentía. ¿Estás listo a defender tus convicciones y tu fe en Dios hasta la muerte?

La fe de estos muchachos hizo que el rey Nabucodonosor decidiera adorar a Dios. ¿Tus acciones hacen que el resto de la gente le de gloria a Dios? ¿Tu acciones dan gloria a Dios?

El reto de Sadrac, Mesac y Abed-nego es extensivo hacia nosotros, es momento de reflexionar en nuestras convicciones, nuestra fe y analizar si estamos dispuestos a dar la vida por ello, tal vez eso signifique renunciar a otras cosas, dejar de malgastar nuestro tiempo en las imágenes doradas a las que a veces adoramos demasiado, y buscar adorar más a Dios, para que entonces otros se contagien de nuestra fe.


¡Cambio y Fuera! 

martes, 16 de diciembre de 2014

El Buen Samaritano

Un día un hombre que sabía mucho sobre la ley de Dios se acercó con Jesús y le preguntó algo complicado, con la firme intención de probarlo: ¿qué debo hacer para tener la vida eterna?, a lo que Jesús contestó: ¿Sabes lo que dicen los libros de la ley de Dios?, y el maestro de la ley respondió, citando de memoria Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18): “Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que vales y con todo lo que eres, y cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo”. Jesús le dijo: ¡Muy bien! Si haces eso tienes la vida eterna. Pero el maestro de la ley no se quedó muy contento con la respuesta así que volvió a preguntar: ¿Pero quién es mi prójimo?. Y entonces Jesús decidió contar una historia,  y es de la que hablaremos el día de hoy.

La historia está buenísima, léela con cuidado: “Un día, un hombre iba de Jerusalén a Jericó. En el camino lo asaltaron unos ladrones y, después de golpearlo, le robaron todo lo que llevaba y lo dejaron medio muerto. »Por casualidad, por el mismo camino pasaba un sacerdote judío. Al ver a aquel hombre, el sacerdote se hizo a un lado y siguió su camino. Luego pasó por ese lugar otro judío, que ayudaba en el culto del templo; cuando este otro vio al hombre, se hizo a un lado y siguió su camino. »Pero también pasó por allí un extranjero, de la región de Samaria, y al ver a aquel hombre tirado en el suelo, le tuvo compasión. Se acercó, sanó sus heridas con vino y aceite, y le puso vendas. Lo subió sobre su burro, lo llevó a un pequeño hotel y allí lo cuidó. »Al día siguiente, el extranjero le dio dinero al encargado de la posada y le dijo: “Cuídeme bien a este hombre. Si el dinero que le dejo no alcanza para todos los gastos, a mi regreso yo le pagaré lo que falte.”” (Lucas 10:25-37)

¿Tú crees que el experto de la ley no sabía quién era su prójimo?… ¿quién es tu prójimo? ¡todos! Literalmente es tu prójimo, todo el que esté cerca de ti, así que entre más te muevas eso te lleva a que todos con los que te relacionas sean tu prójimo, y hace que el mandamiento se vuelva la regla de oro y la más complicada. Sabemos que debemos amar al prójimo, pero somos selectivos en cuanto quien debe ser amado y quien no. 

Lo que sucede en la historia es increíble. El relato dice que un extranjero pasó, pero específicamente era un de la región de Samaria. Debes saber que los judíos consideraban a los samaritanos una raza inferior, no cruzaban palabra con ellos. El hombre lastimado era un judío y pasan dos judíos, y deciden no ayudarlo, pero pasa un hombre de raza “inferior” y hace todo por él.  

Pero el samaritano que se detuvo a ayudar había aprendió a honrar a todos sin importarles su condición. El samaritano no vio a un judío, sino a un hombre en necesidad. Desarrolló la compasión. No solo se le acercó, en contraste con los otros dos, sino que le curó sus heridas. La historia da a entender que el samaritano iba de viaje por algún asunto, pero le da prioridad a ayudar al herido. ¿Qué más podía hacer por el pobre hombre? Lo deja en una posada y paga para que lo atiendan bien. Esto solo lo haces por su amigo súper especial o por un familiar, no lo haces un por un desconocido. 

El reto está en 1ª Juan 4:20: “Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros, somos unos mentirosos. Porque si no amamos al hermano, a quien podemos ver, mucho menos podemos amar a Dios, a quien no podemos ver.” ¿Estás listo?

¡Cambio y fuera!