martes, 6 de noviembre de 2012

El Rey David, el de las mañanitas


Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, a los muchachos bonitos se las cantamos aquí…” ¿Has escuchado del Rey David, el de las mañanitas?... ¿Por qué lo recuerdas? …Casi todos lo recordamos por matar al gigante Goliat y porque cantaba mucho. Sin embargo, es interesante ver como Dios se refiere a David, en el libro de Hechos 13:22, muchísimos años después que David vivió, se refieren a él como: “He hallado a David hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.”.

Leí alguna vez que en la familia de Dios hay dos tipos de personas: Los que se encierran en su egoísmo y los que viven conforme al corazón de Dios. David, el que todos recordamos por las mañanitas mexicanas o por matar al gigante, es recordado por Dios como “el hombre con un corazón conforme al de Dios”.

En los tiempos de David, la presencia de Dios solamente estaba en un tipo de cofre… ¡Era terrible!. Ellos no podían hablar con Dios en cualquier momento, no podían sentirlo, ni pedirle, ni hablar con él… solamente un sacerdote podía estar cerca del cofre cada cierto tiempo. Así que dicho cofre era bastante importante.

Cuando el rey anterior a David, Saúl, murió, el cofre donde estaba la presencia de Dios no se encontraba en la ciudad principal de Israel, Jerusalén. Saúl había hecho y deshecho a su antojo, así que era necesario regresar el cofre o arca a Jerusalén. Además, en aquel tiempo se pensaba que era “buena suerte” tener el arca cerca, porque ahí estaba la presencia de Dios, no les importaban sus acciones, solo tener ese amuleto. Así que David decide llevarla. “David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil.  Y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca (cofre) de Dios.” (2 Samuel 6:1-2).  Pero no olvidemos que cada detalle de la forma de transportarlo era muy importante, era parte de un proceso de adoración. Y es aquí donde David se mete en graves problemas: (2 Samuel 6:3-7) “Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Dios con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. 
Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.” ¿Puedes creer lo que acaba de pasar? A simple vista parece de lo más injusto… Fíjate bien, David decide llevar el arca de Dios a la ciudad principal, la llevaban algunas personas cargada, y de repente los bueyes se tropiezan un poco y para evitar que el arca se caiga, Uza, uno de los que la iba cargando, la detiene. Pero Dios lo mata por este simple hecho. ¿Qué opinas de lo que hizo Uza?.

El enojo de Dios era contra David, no contra Uza, el que la salvó. Muchos años antes Dios había establecido ciertas reglas sobre el medio de transporte adecuado del arca, y es que no cualquier persona podía cargarla. Solamente los levitas, que eran hombres destinados a trabajar en los templos, eran los únicos que podían cargarla. Así que David cometió un grave error al decidir quien hacía que… cuando muchos años antes Dios ya le había enseñado como. La verdad es que se le hizo fácil tomar las decisiones a la ligera.

Pero checa lo que David hace ante lo que está pasando: (2Samuel 6:8) “Y se entristeció David por que Dios mató a Uza.”.  Parece que como dice el dicho “los patos le tiran a las escopetas”, porque  David se enoja con Dios Y es que aunque era un hombre conforme al corazón de Dios, no estaba ni cerquita de ser perfecto. Ser conforme al corazón de Dios significa ser sensible a las cosas de Dios, significa que cada detalle es importante, significa que cuando hace algo malo lo reconoce y acepta su responsabilidad, no se justifica ni culpa a otros. Pero a David le da miedo y prefiere abandonar la tarea, así que Dios bendice a alguien más: (2 Samuel 6:9-11) “Y temiendo David a Dios aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Dios?  De modo que David no quiso traer para sí el arca de Dios a la ciudad; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo.  Y estuvo el arca de Dios en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Dios a Obed-edom y a toda su casa.”

Pasan tres meses, y hasta entonces, David decidió obedecer a Dios y transportar el arca de la manera correcta (1 Crónicas 15:1-13). David recibe un regaño por tomar decisiones solo, sin consultar a Dios. Y finalmente introduce el arca en Jerusalén de manera correcta y en medio de una gran fiesta (2 Samuel 6:14-15). David se muestra bailando emocionado frente al arca que va entrando en la ciudad. Y es que aunque resulte difícil de creer, cuando obedecemos nos sentimos libres. Y al sentirnos libres nos sentimos cómodos, esto es lo que le pasó a David.

La clave está en realmente identificar cómo va nuestra relación con Dios, porque entonces tendremos libertad. Cuanto más libre seas delante de Dios, más confiado te volverás. Imagínate que cuando Dios se refiriera a nosotros dijera, “un hombre o una mujer conforme mi corazón”… Es bastante sencillo, solo obedezcamos.

¡Cambio y Fuera!

miércoles, 24 de octubre de 2012

Cuando Dios dice que "No"


“Lo que Dios nos quita o nos da, es prueba de su gloriosísimo amor.”*

¿Leíste bien la frase?... Dice que todo lo que Dios nos QUITA, y también lo que nos da, es prueba de su increíble y sobrenatural amor por nosotros. Casi siempre relacionamos las cosas buenas que nos da con muestras de Su amor; pero cuando nos quita es sinónimo de castigo. Pero que bueno y reconfortante es saber que ambas cosas para Él son muestras de amor.

El famoso rey David, de la Biblia, tuvo tiempos muy complicados de guerra y lucha de poder, sin embargo, llega un punto donde por fin vive en su reino en paz y calma. Y mientras veía lo mucho  que tenía, las grandes construcciones y la opulencia de su reino, se dio cuenta que aunque el vivía en una construcción gloriosa, Dios no tenía un hogar como ese.. si no que vivía en una “tienda”. Y comienza a idear un plan para construirle un gran templo al Dios que le había ayudado y lo había hecho un rey. Así que comienza a platicarle al profeta Natán, su amigo, sobre su nueva idea. (2ºSamuel 7:2-3). David reflexiona en que él, siendo rey, tiene una gran mansión; pero Dios vive en una tienda temporal.

Sin embargo, Dios no tenía el mismo plan… Loco, ¿cierto?... Era la mejor idea que David había tenido en toda su vida. De hecho, está comprobado, que David no tenía ningún motivo oculto, no quería tener toda la atención, ni quería sobresalir.. Simplemente le parecía lo correcto para Dios, quería honrar a Dios con todo.  Y es que cuando todo va bien y tenemos momentos de paz  se vienen muchos sueños a nuestra cabeza. Y aunque suene raro, no todos son de Dios, y si no son de Él no se deben cumplir. Y aunque tengamos amigos como Natán que nos motiven, no significa que se cumplirán o que son parte de nuestro propósito.

Y es que Natán, el profeta, se había emocionado con la idea, pero no había escuchado la voz correcta. En 1ºCrónicas 17:3-4 vemos que “En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite.” La verdad sobre David, es que Dios había hecho rey a David, pero no constructor. Que Dios le negara construir el cielo, no era un CASTIGO, pero si su destino. Dios tenía otro plan, Dios designó que el hijo de David sería el constructor. Y aunque suene complicado de entender e “injusto”, la verdad es que no es cuestión de estar equivocado o no. Es una cuestión de aceptar el “no” de Dios y de vivir con el misterio de su voluntad.  Más adelante en el tiempo, cuando Salomón, el hijo de David, construye el templo, reconoce que David había tenido una gran idea. En cierta forma Dios le dice a David que tuvo una gran idea.  Lo vemos más claro en 2ºCrónicas 6:7-9: “Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre del Dios de Israel. 
Mas Dios dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón. 
Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre.

Cada vez que recibimos un “no” por respuesta lo relacionamos inmediatamente con un castigo.. sin embargo, cuando Dios dice no, ello no es disciplina o rechazo, es redirección. Jamás olvidemos que los planes de Dios son mejores que los nuestros, y aunque Él pone sueños en nosotros, buenos y exitosos, no todos se llevarán a cabo. Nos conviene que Él los acomode como mejor nos convenga. La mejor recomendación es evitar escuchar a otras personas sobre su opinión sobre todos nuestros planes, sobre todo si sabes que te van a juzgar o criticar; mejor pidámosle consejo a nuestro creador. Así como David fue llamado para ser rey, guerrero, compositor… no fue llamado a ser constructor.  Dios no llama a todos a lo mismo. Cada uno tenemos una función diferente.

Lo más impresionante es la reacción de David, bastante clara en 2ºSamuel 7:18: “Y entró el rey David y se puso delante de Dios en el templo, y dijo: Señor Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?.” Cualquier de nosotros se enojaría, reclamaría, buscaría explicaciones a la negativa; pero David decidió reaccionar como un niño pequeño, pidiendo por redirección. Fue bastante humilde reconociendo que él mismo no eran nadie delante de Dios. En el mismo capítulo de 2ºSamuel 7:18-20 David continúa diciendo: “Y aun te ha parecido poco esto, Señor Dios, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Dios? ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Dios. ” Él decide alabar a Dios. Y continua en 2ºSamuel 7:22-23: “Por tanto, tú te has engrandecido,  Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.  ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses.” Me asombra que David, el gran rey, prefiere alabar a Dios y agradecer por todo lo que ha hecho por él y por el pueblo. Para después enfocarse en “ayudar” a Salomón con algunos preparativos, pero no se enfoca en la tarea final. No le importa dejar su “ego” a un lado,  y ayudar a otro a cumplir su propósito. ¿Listo para el reto?

Resumo la historia en tres verdades claves de vivir con Dios. La primera es que, Cuando Dios dice “no” significa que tiene algo mejor, y espera mi contribución, no mi enojo. Definitivamente la mejor reacción deben ser la cooperación y la humildad.  Y lo mejor de todo es que sea “si” o “no” las respuestas de Dios nunca son sin razón.

¡Cambio y fuera!

*(Himno citado por Charles Swindoll en David, un hombre de pasión y destino.)

martes, 2 de octubre de 2012

¿Estás listo para morir?


Se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento.” (Santiago Ramón y Cajal)

¿Conoces algún necio?

Me gusta la definición que se relata a continuación, de manera sencilla es fácil entender quién es un necio. “Un hombre actúa neciamente cuando descuida sus amigos que aman a Dios. Cuando se lanza a algún proyecto sin que Dios lo haya mandado. Cuando desobedece, aun en las cosas aparentemente pequeñas. Cuando trata de ocultar a Dios su desobediencia. Cuando trata de convencerse a si mismo, cuando todo el tiempo, en lo  más profundo de su corazón, sabe que no tiene razón. Cuando permite que los celos o el odio lo dominen, lo esclavicen y lo perviertan. Cuando deliberadamente se enfrenta a Dios. Cuando se aparta de Dios. El resultado de todas estas formas de pecado y de locura, es el suicidio moral y espiritual. En ese recorrido cuesta abajo sólo podemos terminar con el lastimoso lamento de Saúl: He actuado neciamente.” (Por J. Sidlow Baxter, tomado del libro David: Un hombre de pasión y destino, de Charles R. Swindoll)

Uno de los ejemplos más claros de necedad está relatado en la Biblia: el Rey Saúl, el primer rey de Israel y el rey antes de David. Saúl escribió su epitafio antes de morir, sin siquiera saberlo. (1ºSamuel 26:21) “He aquí yo he hecho neciamente, y he errado en gran manera.” Decidió vivir neciamente y morir neciamente. ¿Cómo vives?. La manera en la que vivimos es justo lo que se dirá en nuestro epitafio. Queda perfecta la frase del famoso Voltaire: “Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola.”

Pero no todo fue así al principio, no se nos olvide que Dios le hizo una promesa al Rey Saúl, cuando aun era muy joven y apenas lo habían escogido rey de Israel. (1ºSamuel 10:1,6,7) “Samuel tomó un poco de aceite y lo derramó en la frente de Saúl y lo ungió Rey de Israel. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás cambiado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.” Lo que me parece más interesante de la promesa que Dios le hace a Saúl es que le dice – Dios estará contigo – Saber que Dios estará con nosotros debe ser la garantía para salir adelante y saber que seremos exitosos, porque sin eso estamos condenados al fracaso.

¿Sabes cómo murió Saúl? (1ºSamuel 31:1-6)  De manera rápida te cuento como murió el necio rey de Israel. Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos. Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella.

…¡SE SUICIDÓ!...

Dice Marco Tulio Cicerón que “la necedad es la madre de todos los males”. Y es que no hay muerte más humillante que la de Saúl, vio que el ejército enemigo venía tras él, habían matado a sus hijos y no quiso que lo mataran, prefirió suicidarse para evitar ser muerto a mano de sus enemigos. Es impresionante que aun en sus últimos momentos le preocupaba más su imagen que él mismo. No tomó ni un minuto para encomendarse a Dios, pedir perdón…. ¡nada!. Solamente evitar ser humillado ante sus enemigos.

Lo peor de todo es que Saúl no era solo un hombre, era el rey de toda una nación. Cuando la gente se entera que se murió, no tenían líder así que deciden huir y los enemigos toman ventaja, mandan a los israelitas con furia y quedan desolados.

Lo más triste de la vida del Rey Saúl es que su “destino” no era tener una vida tan desgraciada, sin embargo él lo escogió de esa manera. Nada de su sufrimiento, locura o bipolaridad era necesario. Pero decidió vivir su vida diciéndole a Dios: “No te necesito, yo vivo y muero como me plaza”. Como dato curioso se sabe que el reino de Saúl no creció nada en los 40 años que duró, siempre fue mediocre y no obtuvo nada.

En el libro David: Un hombre de pasión y destino de Charles Swindoll, se menciona una comparación muy interesante entre el Rey Saúl y Jesucristo. ¿En qué se parece la muerte de Saúl a la muerte de Cristo?. Para Saúl la muerte pareció ser el fin de toda esperanza nacional. Pero para Jesús la muerte preparó el terreno para un plan de operación totalmente nuevo y marcó el comienzo para una nueva era. La muerte de Saúl exhibió la necedad del hombre. Pero la muerte de Jesús puso fin a una era de insatisfacción y fracaso. Saúl no contribuyó en nada ni para él, ni para su familia, ni para el reino que gobernaba. Que lamentable la miserable vida que decidió vivir.

La muerte es una realidad inevitable, debemos enfrentarla, ¿estás listo? (2ªCorintios 4:16-18) “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” Enfoquémonos en la visión eterna, no solo la miserable vida en la tierra, pon tus ojos en la vida arriba con Dios y en lo que tiene para ti. ¿Vas a dejar algún legado, o como Saúl pasarán los años y la vida mediocre te dejará en el mismo lugar que cuando llegaste aquí?  Si murieras hoy, ¿qué diría tu epitafio?...

¡Cambio y fuera!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

En el hoyo y cavando


Las nubes grises forman parte del paisaje”, frase comúnmente usada para animar a aquellos que pasan por momentos difíciles o “grises”. En México nos referimos a este tiempo de crisis, melancolía, tristeza, dolor, depresión, inestabilidad, incógnita o incertidumbre; como: estar en el hoyo. ¿En cuántos hoyos has estado últimamente?

Y es que una cosa es sentirse en lo profundo de un hoyo oscuro, húmedo y sin salida aparente… pero es peor cuando sentimos que en lugar de acercarnos poco a poco a la superficie, estamos cavando y hundiéndonos más.

David, el famoso rey, pasa un buen tiempo cavando su propio hoyo; y es que por más que creía subir, parecía que solo se hacía más y más profundo. David era el próximo rey de Israel, Dios lo había dicho (y Él si cumple), pero el rey actual, Saúl, lo buscaba día y noche para matarlo..  así que David pierde el piso y se hunde en un hoyo que él mismo cavó.

Para empezar se le olvida que Dios lo había escogido, y su único enfoque es el humanístico y un día, de la nada, se le ocurre Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.” (1ºSamuel 27:1) ¿Leíste bien?... después de la gran promesa que Dios le había hecho, se le ocurre pensar “total, Saúl me va a matar un día de estos”. Y el problema más grave no es un mal pensamiento, si no que lo convierte en un razonamiento pesimista prolongado, y este es su segundo error. En varias ocasiones Dios a través de los profetas le había dicho que sería rey, pero su mente estaba siendo mucho más poderosa que el creador de la mente.

¿Te identificas? …

Dios nos ha hecho cientos de promesas y hemos visto que Él cumple todo lo que promete, pero cuando estamos en ese hoyo profundo, húmedo, apestoso y oscuro… simplemente se nos olvida. Olvidamos ver la vida como Dios la ve y comenzamos a percatarnos de todo lo que NO tenemos, meditamos en las tragedias que nos sobrevendrán y de una momento a otro sentimos que cavamos todavía más aquel hoyo. Pero, ¡ALERTA! Dios jamás pone pensamientos negativos, esos son de nuestra propia autoría. Cualquier pensamiento negativo que tengas rondando en tu cabeza, no le eches la culpa a Dios, porque Él simplemente no es así.

El Dr. Daniel Amen en su libro “Cambia tu cerebro cambia tu vida”, relata una impresionante verdad: nuestro cerebro no razona los pensamientos que ponemos en él. Es decir, si viene un pensamiento negativo a tu cerebro, éste solamente lo registra, pero jamás define si es un pensamiento bueno o malo… en otras palabras, tu cerebro no te echa porras en caso de que estés pensando algo malo, simplemente lo registra. Si de pensamiento se convierte en meditación, entonces no te darás cuenta cuando se convierta en un hábito. El responsable de todo esto es el sistema límbico profundo. En nosotros está el poder de cambiar lo que pensamos, decide ponerle buenas ideas a tu cabeza y no tonterías. Nuestro protagonista, David, estaba alimentando su miseria a través de malos pensamientos, que más tarde se convertirían en acciones bastante equivocadas.

El tercer error es que David hace su propio análisis y racionalización. Llega a conclusiones solo, sin preguntarle a Dios. Y no significa que haya dejado de creer en Él, solamente en este momento no lo demuestra; como nos sucede a todos.

Rollo May, famoso psicólogo existencial dijo que: El hombre es el único animal que corre más de prisa cuando se encuentra extraviado. Es interesante, porque si una ardilla o cualquier otro animalito se cae en algún pozo, no comienza a gritar y pedir ayuda, ni corre más rápido a ver si de repente vuela y sale. El animalito se dedica a excavar para subirse encima de la tierrita que acumula y así salir a la superficie. En cambio nosotros, hacemos todo un show y luego pensamos en la salida.

Este loco y pésimo racionamiento que David tuvo, lo llevó a pagar graves consecuencias. Recordemos que en este momento David no vivía solo, lo acompañaba un ejercito de 600 hombres más sus familias. Así que en su enojo por estar huyendo y creyendo que jamás sería rey, decide que todos se irán a vivir a la tierra del rey de Gat (enemigos de Israel). Gat es la tierra de Goliat, aquel famoso gigante a quien hace algunos años David había matado. Que contradictorio, ¿no?. Para David, huir a la tierra de los enemigos de su propio pueblo resultaba una falsa sensación de seguridad, solo porque Saúl ya no lo perseguiría se sintió tranquilo. Recordemos que las salidas fáciles, solo dan placeres efímeros y temporales, jamás verdaderos ni duraderos.

David estaba tan ocupado pensando en su propia salida del hoyo tan grande en el que sentía estar, que dejó a un lado su espiritualidad. Estar así, solo nos lleva a servirnos a nosotros mismos, en lugar de escuchar a quien tiene el plan perfecto. Se sabe que durante 17 meses que vivió así, David, el gran salmista y compositor, estaba en blanco… no escribió nada.
Hasta que el rey de Gat se da cuenta que David vivía entre los suyos.

David y sus hombres caen en la duplicidad (engaño por fingimiento). Se vuelven peor que los filisteos, matan a pueblos enemigos de los israelitas no de los filisteos. Se volvieron mentirosos e imprecisos. Decían que hacían una cosa, pero realidad hacían otras.  Y entonces sucede lo obvio, su estilo de vida les genera desesperación y falta de paz interna. ¿Suena familiar?

Tristemente pierde su identidad. No era ni de aquí ni de allá, no tenía patria ni honor. Luego pierde su satisfacción, los placeres se van yendo poco a poco. Cae en la depresión, dice la Biblia que llegó un punto en el que llora hasta que se le terminan las lágrimas. Y por supuesto que todo esto genera desconfianza, su “gran” ejército ya no confiaba en él.

Es en este punto cuando David se acuerda de pedir ayuda a Dios. Hasta este punto 1ºSamuel 30:8 dice que David consultó a Dios. Había estado demasiado tiempo en ese hoyo, que llegó a sentir que pertenecía ahí, cuando Dios le había prometido que sería el rey de Israel y le irá muy bien, pero la humedad, la profundidad, el olor, la oscuridad hicieron que la gran promesa pasara a segundo término. En días complicados necesitamos aire fresco, no vaya a ser que nuestra cabeza se llene de pensamientos negativos que nos alejen de nuestro propósito divino. Voltea al lugar correcto: Dios, para que dejes de cavar y salgas de tu hoyo.

¡Cambio y Fuera!

lunes, 3 de septiembre de 2012

Inteligencia Emocional


El concepto de inteligencia emocional es “nuevo” y está muy de moda. Aquellos que poseen este tipo de inteligencia tienen la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, y tienen la habilidad de manejarlos. Sin embargo a continuación relataremos la historia de una mujer mencionada en la Biblia, que demostró ser el ejemplo perfecto de inteligencia emocional. Aun casada con un loco de remate, bipolar, injusto y gandalla… actúa en su favor con inteligencia, y obtiene un beneficio para muchos.

David está en momentos económicamente complicados. Así que durante un buen tiempo sus hombres y él ayudan a un hombre rico con sus rebaños de ovejas y chivas. En aquel tiempo, cuando era tiempo de que esquilar a las ovejas y vender su lana, se daba una porción de la ganancia a todos aquellos que habían ayudado en el proceso de crecimiento de los animales. Así que David, manda a algunos hombres con el hombre rico al que le trabajaron, cuyo nombre era Nabal.  Este hombre era necio (que significa “no hay Dios”), brusco, inflexible, testarudo y muy agresivo.

Pero David era bastante inteligente y astuto en sus palabras, así que mandó decir: “Tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado con ustedes. Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.” (1ºSamuel 25:5-8)  Es decir, David le está pidiendo la parte de la ganancia que les tocaba por el apoyo brindado. Pero Nabal era un loco y bastante descarado. Así que le contesta:  Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores.  ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son? ” (1ºSamuel 25:9-10)  Nabal desprecia a David de manera agresiva, no lo reconoce y los trata peor que animales, pues afirma que no está dispuesto a compartir de lo “suyo”, aunque hubieran trabajado para ello.

¡Imagínate el enojo de David al enterarse! Su respuesta inmediata ante los hombres que había mandado a hablar con Nabal fue: “Entonces David dijo a sus hombres: Amárrese cada uno su espada. Y subieron tras David como cuatrocientos hombres.” (1ºSamuel 25:12-13)  David perdió la cordura a causa del desprecio de Nabal. Cuatrocientos hombres iban bien armados y dispuestos a matar a aquel loco.

Pero uno de los sirvientes de Nabal se enteró de lo que estaba pasando y tuvo la mejor idea de todas, contarle lo sucedido a Abigail, la esposa de Nabal. Ella era todo lo contrario a su marido, la Biblia dice que era muy inteligente y muy bella. (1ºSamuel 25:14-19) “Entonces Abigail tomó doscientos panes, dos botellas de vino, cinco ovejas guisadas, grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo en asnos.  Y dijo a sus criados: Vallan delante de mí, y yo los seguiré luego; pero no le dijo nada a su marido Nabal.  Y montando un asno, descendió por una parte secreta del monte; y he aquí David y sus hombres venían frente a ella, y ella les salió al encuentro.” Abigaíl, bastante astuta, decidió ir en plan pacífico y darle a David y sus hombres lo que más querían: COMIDA. Ella sabía que estos hombres habían ido con su marido por su pago, porque no tenían comida, ni fuente de ingresos.. Eran más de cuatrocientos hombres hambrientos viviendo en una cueva en medio de la nada…

Y aunque su marido no lo merecía, Abigaíl actúa a favor de su marido. Así que le dice a David: (1ºSamuel 25:20-28) “No le hagas caso a mi marido, es un hombre perverso; porque conforme a su nombre, así es. Ahora pues, señor mío, Dios te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Perdóname por venir así, pero es cierto que Dios te hará rey, Él peleará las batallas por ti, no lo mates ahora, para que no derrames sangre en vano.” Esta mujer era bastante inteligente, convence a David de no matar a Nabal, pues si va a ser rey, no se verá muy bien en su currículo.

David queda gratamente sorprendido, así que acepta todo lo que aquella mujer acaba de hacer.. y la deja ir en paz, prometiendo que no irá a matar a su marido. Así que Abigaíl regresa a su casa, pero al llegar, su marido está muy borracho y ella prefiere contarle todo hasta que le pasaran los efectos del alcohol. A la mañana siguiente, cuando aquel hombre revivía de su borrachera, comienza a contarle, y fue tal la sorpresa de Nabal que le dio un infarto y murió. Tiempo después, David oyó la noticia y se casó con Abigaíl.

¿Te imaginabas este final tan loco? En medio de conflictos vale la pena ser inteligentes y astutos tanto en las palabras como en los hechos. Pide consejo a Dios. Recuerda tratar un conflicto a la vez, poco a poco. Dios se encargará de acomodar las cosas y recompensarte.  Si no puedes hacer nada, espera. Se paciente.  Esperar no cambia situaciones, nos cambia a nosotros.

¡Cambio y Fuera!

jueves, 30 de agosto de 2012

Los Vengadores


El protagonista de nuestras últimas entradas es David, el famosísimo rey David de la Biblia. Si no has escuchado de él, al menos en las mañanitas (en México) que te cantan en tu cumpleaños lo oyes.  Era tan valiente, excelente guerrero, le iba tan bien y Dios le había prometido ser rey de Israel; que el rey “actual” Saúl lo odiaba a muerte. (1 Samuel 23:14) Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.” ¿Tu te imaginas que un loco desquiciado, que carga una lanza en la mano de día y de noche, te persiga TODOS los días con tal de matarte?. Definitivamente es para morirse de miedo y buscar esconderse lo más lejos de donde aquel loco habite.  Yo creo que lo último que David se imaginaba, es que estaba siendo preparado por Dios; para él lo único que sucedía era que Saúl lo acosaba hasta que lograra matarlo.

Lo peor es que ya no era nada más Saúl el que intentaba matarlo, también era el ejercito completo. El ejercito israelí en ese entonces era conocido por ser un ejercito fuerte y bien preparado, además de ser dirigido por un rey bipolar que odiaba a David. Saúl y el ejército de Israel atacan a los filisteos, como parte de sus labores de conquista, sin embargo Dios los hace perder, porque le quería dar ventaja a David, que tuviera tiempo de buscar un lugar (una cueva) mejor para esconderse.

Y a continuación se narra una de las historias más impresionantes de la Biblia. David tiene la oportunidad de matar a su enemigo Saúl. Recordemos que David vivía en una cueva, donde no hay luz, ni electricidad.. solo arbustos y rocas salvajes. Saúl andaba por aquellos rumbos en búsqueda de nuestro protagonista y literalmente la naturaleza lo llama, es decir, su proceso de digestión estaba en proceso… suena grotesco, ¿cierto?, pero aun el rey más fino tiene este tipo de necesidades. Así que le dice a su ejército que se queden por ahí, mientras el se esconde en una cueva para hacer lo suyo. Imagínate la situación, Saúl en cunclillas, semi-agachado, recargándose con una mano de alguna roca por ahí, sosteniendo su túnica para evitar accidentes… creo que no hay una situación más vulnerable para cualquier persona, es el momento más débil aun para el más poderoso.

Pero de todas las cuevas que pudo haber escogido, estaba en la cueva donde David habitaba… ¡te imaginas!. Claro que David estaba al fondo junto con sus cientos de guerreros. Sin embargo, uno de ellos se percata de quien esta en la entrada y sobretodo de lo que está haciendo, y rápidamente manda llamar a David. Era la oportunidad perfecta, prácticamente “caída del cielo” para matarlo. ¿Qué harías si tuvieras a tu enemigo en una situación tan vulnerable?

Y en esta ocasión el loco es David, ya que decide que solo le cortará un pedacito de la capa que traía Saúl, no lo va a matar. Saúl estaba tan concentrado en otras cosas, que ni sintió cuando David le perdonó la vida, a pesar de tenerlo en posición privilegiada para ejercer ventaja. Por situaciones como estás llaman a David “el hombre conforme al corazón de Dios”, porque aun cuando parecía tener una excelente oportunidad de venganza. Reconoce que solo Dios le puede quitar la vida al rey, su conciencia del bien y el mal, basado en Dios es mucho más fuerte. David demuestra que puede ser íntegro, a pesar de lo que tenga enfrente. Y decide respetar la autoridad del rey.

Me imagino que cuando los 300 guerreros que estaban en la cueva con él se dieron cuenta que no había matado al rey, estaban decididos a irlo a matar ellos mismos, David estaba actuando “sin sentido” aparente. Sin embargo es momento de que David les explique a sus 300 hombres que no atacará a Saúl en medio de su debilidad. (1º Samuel 24:7) “Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.”. Hace lo correcto y logra que todos lo apoyen; poco común, ¿no?.

Acaso, ¿influencias a otros de manera positiva? o ¿dejas que te influencien?. El reto es buscar influenciar con los principios de Dios. Solo si confiamos 100% en Dios somos capaces de influenciar y convencer a otros.

Dicen que la venganza es dulce, pero te garantizo que no trae muy buenas consecuencias. Solo de Dios es la venganza, de cualquier tipo. Siempre estaremos rodeados de gente que mueren por vengarse, sin embargo no olvidemos que somos de Dios, y él tiene la mejor respuesta.

Pero David tampoco se queda con las manos cruzadas, así que espera a que Saúl termine y salga de la cueva para confrontarlo. Era una tentación muy grande comenzar a correr un rumor sobre como David estuvo a punto de matar al rey, pero eran “tan bueno” que le había perdonado la vida; sin embargo prefiere confrontar con la verdad al involucrado y no a los chimosos y metiches. David le deja bastante claro a Saúl que él es un hombre íntegro. Al pobre Saúl no le quedaba más que reconocer la proeza que su enemigo había hecho en aquel día. Así que el rey hace algo inaudito, reconoce que David será rey y le hace jurar que protegerá a su familia. Cabe aclarar que no por eso lo deja de perseguir… no se nos olvide que es bipolar. (1ºSamuel 24:8-22)

Lamentablemente muchas veces se aplica el dicho “el león cree que todos son de su condición”, es decir, esperamos que todos sean malos, o esperamos lo peor de los demás; porque estamos acostumbrados a ser así. El maltrato, enojo, coraje e ira siempre serán inevitables al convivir con imperfectos como nosotros, por lo que el deseo de venganza será constante, sin embargo ¿qué decides? ¡Pídele ayuda a Dios! Somos justos por decisión personal y por consciencia propia, no esperando una recompensa. La venganza es de Dios. Nunca te arrepentirás de perdonar.

¡Cambio y Fuera!

lunes, 20 de agosto de 2012

Los Cavernícolas


Imagínate un cavernícola...

¿Listo?

Con ropa vieja o con pieles de animales cubriendo su piel, descalzo, greñudo, talvez un poco sucio, con un hueso en la cabeza, en en ambiente bastante precario... Ahora imagínate 400 cavernícolas viviendo en una cueva... ¿Atractivo? ¡Para nadaa!

David, el famoso rey, cuya historia ha trascendido por miles de años; pasa una temporada viviendo solo en una cueva... con 400 exiliados, muy parecidos a la definición anterior. El capítulo 22 del primer libro de Samuel relata una parte bastante triste de la vida de David. 

Después de volverse el archienemigo de Saúl, el rey de Israel, nuestro protagonista tuvo que huir a la tierra de los eternos enemigos de Israel, los filisteos, como exiliado, casi irreconocible, completamente solo… y sin esperanza alguna. Literalmente se va a vivir a la cueva más perdida, fea, aislada y en lo obscuro de lo obscuro… Estaba en una cueva aislado del mundo. Estaba justo en el lugar y momento para que Dios lo moldeara y comenzara a utilizarlo. Dios le había prometido que sería el rey de todo un pueblo, sin embargo todavía no estaba listo. Dios lo había elegido por su corazón, pero le faltaba un poquito para madurar y tener el carácter para ser rey. Estar en la cueva no era el fin de su historia, aunque pareciera que caer en una cueva, como en la que David se encontraba, es el fin de la vida y la peor situación en la que alguien podría encontrarse.

Y es que cuando estás en la cueva, o como decimos en México “en el hoyo y cavando”, a veces solo queremos estar solos. David no se valoraba a sí mismo y creía que por lo tanto nadie lo valoraría. Le había ido tan mal, que tuvo que entender que era necesario pedir ayuda. Y Dios le manda como primera ayuda, a su familia. (1ºSamuel 22:1)

Después de esto, Dios le manda 400 hombres para que se conviertan en su nuevo ejercito. Sin embargo, estos hombres tenían ciertas características que ayudarían a David a formar su liderazgo. Eran todos los exiliados del pueblo de Israel, eran lo peor de lo peor.  (1ºSamuel 22:2). Eran los oprimidos, los endeudados, y los amargados… ¡Imagínate rodearte de este “tipo” de gente!. Literalmente David estaba encerrado con los cavernícolas, que anteriormente se describieron, en una cueva olvidada.  Más tarde la Biblia les llama: “los valientes de David”. Porque realmente la cueva dejó de ser un refugio y se convirtió en un entrenamiento. Que irónico, nadie pensaría que soldados eran entrenados ahí, era el lugar más olvidado del mundo. A partir de ese momento David no estaría solo, David se dedicó a inculcarles: orden, disciplina, carácter y dirección.

Y es interesante comparar el David al inicio de su llegada a la cueva, y el David de este momento. En medio de la soledad, depresión e incongruencia aparente, el personaje de nuestra historia necesitaba sufrir lo suficiente para reconocer su necesidad. Se sabe que en esta etapa de su vida, escribió el Salmo 57: “Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí;Porque en ti ha confiado mi alma,Y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos.Clamaré al Dios Altísimo,Al Dios que me favorece.El enviará desde los cielos, y me salvaráde la infamia del que me acosa; Dios enviará su misericordia y su verdad.” Cuando sufrimos necesitamos decírselo a alguien, especialmente a Dios. David tuvo que ser lo suficientemente honesto para clamar por ayuda, y humilde para aprender de Dios.

Suena duro, pero si hay que vivir en una cueva, ¡acéptala!.. Conviértela en un lugar de entrenamiento, y no te dejes caer en las garras de la depresión.

Todos en algún momento, hemos estado afligidos, porque dado que todos somos pecadores, o como me gusta decir, todos tenemos nuestras cochinaditas internas, por lo tanto el sentimiento de culpa nos acusa. Estamos rodeados de enemigos internos y externos, por lo tanto el sentirnos incomprendidos o en una cueva profunda nos puede tomar por sorpresa. Así que o buscamos a Dios, o seguiremos cavando.

Tengo la teoría personal de que hay tres tipos de personas respecto al fracaso, representado como cueva en esta historia: los que han fracasado, los que están fracasando y los que van a fracasar… Es decir, todos hemos sido fracasados, somos o seremos… Vivir rodeados de cavernícolas es parte de la vida, así que observemos la historia de David como una reflexión de que solo acercarnos a Dios convertirá la cueva en un entrenamiento intensivo para el verdadero propósito de nuestra vida. El Salmo 31, escrito por nuestro protagonista refleja bastante bien la esperanza en Dios; (Salmo 31:1-3) “En ti, oh Dios, he confiado; no sea yo confundido jamás;Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo;Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.” Dios es nuestra esperanza, busca que sea tu mejor compañero en medio de los cavernícolas, pronto se convertirán en tu mejor apoyo. 

¡Cambio y Fuera!

jueves, 2 de agosto de 2012

El llanero Solitario

¿¿¿Recuerdas al Llanero Solitario???

Te doy una pequeña reseña: El Llanero Solitario ha sido uno de los personajes televisivos más populares desde 1933... Era un vaquero (texas ranger), único superviviente de un ataque..  con un antifaz negro y su inseparable compañero Toro. Estaba armado con revólveres que disparaban balas e plata que podían  herir, pero nunca matar. Cabalgaba sobre Plata, su fiel caballo. Andaba "completamente" solo, siendo el gran defensor en el paisaje...

Sin duda una de las mejores historias de "súper héroes" que se ha contado.. Y es que el famoso rey David tiene una faceta de "llanero solitario".. En este momento de su historia como "rey electo" solamente.. El rey actual Sául ha armado una guerra civil para matar al pobre David. El joven valiente que los había salvado del gigante, pero su fama y galanura lo habían convertido en el enemigo del rey  Saúl. A causa de sus celos y caprichos, levanta a todo el reino en contra del mejor elemento de su ejército: David. En varias ocasiones intenta matarlo con una lanza. ¡Ah! Es que Saúl vivía cargando una lanza, por si se le antojaba matar a David en una rato de locura. Y por obvias razones a David comienza a darle miedo y temor la situación.

Ante esta complicada y negra situación… David comienza a recurrir a las personas en las que más confiaba y que podría ayudarle. Realmente no había hecho nada malo, era una buena persona, había matado al enemigo nacional (Goliat, el gigante), era obediente en su casa, desempeñaba muy bien su nueva labor… Todo parecía bastante injusto.

Así que en uno de los intentos que Saúl tuvo para matarlo.. David huye. Al huir pierde su reputación, porque se convierte en el enemigo del rey, así que toda posición social y política dejan de ser importantes. En primer lugar recurre a su esposa, Mical; recordamos que como “premio” o “recompensa” por haber matado al gigante Goliat, el rey le otorgó a David a la princesa Mical como esposa. Al llegar David con Mical, esta lo ayuda a escapar. Cuando el rey Saúl, papá de Mical, se da cuenta que su hija dejó escapar a su enemigo David, le dice: (1ºSamuel 19:11-17) “Entonces Saúl dijo a Mical: ¿Por qué me has engañado así, y has dejado escapar a mi enemigo? Y Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir; si no, yo te mataré.” Nada peor para aumentar la furia del rey, que decir que David amenazó de muerte a su hija. David no pudo volver a contar con su esposa.

Después de escapar con la supuesta ayuda de Mical, David va con su consejero, guía y profeta Samuel. Sin embargo al poco tiempo Saúl lo descubre y tiene que huir. De aquí corre a ver a su mejor amigo Jonathan, hijo del enfurecido Saúl. Al llegar le expone todo lo que esta pasando y Jonathan, siempre fiel, decide que lo ayudará. En estas fechas se celebraría la fiesta de la luna, David al ser, aun, el hierno del rey era “obligatorio” que se presentara a la fiesta. Así que David y Jonathan deciden poner una prueba para medir el odio y rencor de Saúl hasta este momento. Jonathan va a la fiesta y Saúl le pregunta por David, el príncipe solo dice que David fue a pasar las fiestas con su padre. Sin embargo se dan cuenta que Saúl está verdaderamente fúrico y Jonathan ayuda a David a escapar, una vez más.

David fue la primera representación del Llanero Solitario, estaba completamente solo. No podía permanecer en el país, ya que había órdenes estrictas para entregarlo al rey y matarlo. Así que decide huir a la tierra de sus enemigos, los filisteos. Es muy curioso como va a pedir ayuda a la tierra de aquel gigante que con tanto orgullo había matado, ahora va rendido, inseguro, cansado, triste, desesperado… a pedir ayuda. Cuando llega se da cuenta que todos están reconociéndolo como David, el fugitivo de Saúl, así que le da mucho miedo, pues piensa que podrán acusarlo y matarlo. Por lo que pierde lo último que le quedaba… su dignidad y respeto por sí mismo. David literalmente finge estar loco, dejar escurrir su saliva, se arrastra en la tierra, pretende estar loco, pasa desapercibido y lo mandan a una cueva.

A pesar de saber que no había hecho nada malo y toda la situación era muy injusta… no había ido a pedir ayuda a Dios. David tenía muchas muletas o ayudas para sostenerse, pero olvidó que solo necesitaba a Dios. Si nos apoyamos en alguien o algo más, diferente a Dios, no podremos apoyarnos en Él. Escoge. El profeta Isaías 41:10 nos recuerda: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. ” El problema de tener muletas diferentes a Dios, es que nuestro enfoque es solamente horizontal, Vemos hacia los lados y no hacia arriba. Siempre habrá un mejor panorama desde arriba. Las muletas son solo un alivio temporal. No busques remedios caseros, busca a Dios.

Para que acumular sufrimiento, si desde el principio podemos apoyarnos en Dios. Recuerda que Él nos creó, por lo tanto nos diseño para depender de Él, el problema es que siempre buscamos depender de algo o alguien más, a sabiendas que no es la mejor opción. ¿Cuáles son tus muletas para sobrevivir? ¿Estas dispuesto a renunciar a ellas antes de que Dios te las quite?... No te hagas el valiente y creas que el llanero solitario gana la batalla, pide ayuda a Dios y deja a un lado aquello que te da seguridad temporal. Por lo pronto David estará un buen rato en la cueva, completamente solo.

¡Cambio y Fuera!

lunes, 18 de junio de 2012

Mate a un gigante, ¿y ahora qué?

Pasamos más de 6 horas diarias pensando en qué va a pasar mañana. Es decir, dejamos de vivir el presente para enfocarnos en el futuro, que es incierto, hay 50% probabilidades de que si pase y 50% de que nunca suceda, nadie ha estado allí, pero nos quita mucho tiempo del que si nos consta que tenemos.  Nos come la incertidumbre, no somos capaces de tener fe, confianza o paciencia de lo que está por venir. Por eso es que los horóscopos, lectura de cartas, de café, de mano… de lo que sea y se deje, son tan famosos. Nos morimos por saber lo que pasará. Me pregunto cuándo fue la última vez que le diste gracias a Dios por no saber lo que pasará? Respuesta honesta: NUNCA.

El no conocer el futuro nos obliga a tomar un día a la vez. Jesús nos recomienda en el evangelio según San Mateo 6:34, que no nos afanemos, preocupemos, estresemos, ni comamos ansias del día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Disfrutemos el momento, malo, bueno, regular… pero el momento.

La enfermedad del no saber qué pasará le pasó a David, el famoso personaje de la Biblia. Sí, el que mató a Goliat. De hecho la incertidumbre llega a su vida justo después de matar a David. Imagínate que siendo un muchacho de 17 años aproximadamente, sin tenerlo en mente, te topas con un gigante de 3 metros y más de 200 kilos entre cuerpo y armadura que te quiere matar a ti y a todo tu país, y no hay nadie lo suficientemente valiente para enfrentarlo; sin embargo, tú decides hacerlo porque tienes fe en Dios. Para sorpresa de todos, le ganas y cortas su cabeza como señal de victoria. Nadie de los tuyos lo puede creer. Pero la vida de David estaba a punto de cambiarle para siempre. Era obvio que un acto de valentía tan grande e impresionante no podría quedar en el anonimato. Casi casi David se acababa de sacar la lotería.

A David le había prometido que sería rey de su pueblo, pero en ese momento Saúl era el rey. Así que la recompensa no fue ser rey. Para empezar David se convierte en el héroe nacional. El rey Saúl había prometido que daría la mano de la princesa al que matara al gigante; así que David se vuelve el esposo de la princesa del reino. Era toda una celebridad y pieza clave de la corte real. Al casarse con la princesa, que por cierto no conocía, se ve obligado a convivir con Saúl día y noche. Antes de ser el protagonista de la novela, David cuidaba ovejas y chivas bastante lejos del reino. Dejó a sus chivas cuando mató al gigante, pero al terminar la pelea… ni siquiera lo dejaron regresar con sus ovejas (1ºSamuel 18:2). La vida le cambia de la noche a la mañana. Se vuelve el sueño de cualquiera… ¿Qué sentirías si de un día a otro eres el héroe nacional, esposo de la princesa del reino, famoso y poderoso? A pesar de todo, David lo toma con calma. Sobretodo en comparación con muchos deportistas estrellas jóvenes que saltan a la fama y ya arriba no saben que hacer con todo eso.  Su nueva vida lo vuelve inseparable del rey, por lo tanto sumiso y en plena capacitación para ser rey, claro, sin darse cuenta. Y de hecho Saúl, el rey, tampoco  sabía que él mismo estaba capacitando a David para ser el próximo rey.

Justo aquí cuando está en la cima, adaptándose a su nueva vida, es que Dios le manda un buen amigo al protagonista de nuestra historia. Muy buena falta le haría, estaba a punto de entrar en una temporada de crisis continua, persecución y depresión. Así que Dios pone en escena a Jonathan, que tenía la peculiaridad de ser el hijo del rey Saúl (el heredero al reino de manera natural). Hay cuatro características que Jonathan tuvo y lo convirtieron en el mejor amigo de David. Primera, estaba dispuesto a sacrificarse por su amigo, es decir, un buen amigo no te sonsaca y apoya tus decisiones. Si sabe que tus papás son estrictos, no busca burlar sus reglas, no te pone trabas para que caigas, al contrario. Jonathan era el heredero natural al reino, pero sabía que David era el hombre que Dios había indicado ser rey, así que lo aceptó y lo motivó, jamás buscó aplastarlo. La segunda es que es un defensor leal, no hace chismes de ti, no habla de ti a tus espaldas, ni deja que otros lo hagan. La tercera es que con él puedes ser tu mismo, no importa la situación por la que pases, no te critica. En 1ºSamuel 20:41 vemos que David lloró hasta revolcarse en el piso frente a Jonathan y este jamás lo critico. Más adelante en la loca historia de David y el Rey Saúl veremos que Jonathan es el motivador número uno de David, no buscaba avergonzarlo, ni aplastarlo, al contrario, era su fan número uno.

Un buen amigo era muy necesario porque la relación David y rey Saúl se volvió muy tensa, comenzaron a  convivir día y noche, y todo iba bastante bien, hasta que los celos comenzaron a correr en la sangre de Saúl. David era el héroe nacional, así que tenía éxito, y todo el pueblo lo quería (1ºSamuel 18:5,14). Era exitoso, porque no era hablador, era prudente en sus palabras, por lo que era aun más querido por el pueblo, al no ser fanfarrón. David estaba dispuesto a aprender y siempre tenía una buena actitud ante la instrucción de Saúl. Por lo que al poco tiempo, el rey Saúl se enoja muchísimo  y  los celos lo corroen. ¿Eres celoso  o conoces a alguien celoso? ¿Has visto un arranque de celos, lo que puede provocar? Piensa en esa situación pero multiplicada por mil… Así estaba ya la cabeza de Saúl. Pero David, se mantuvo tranquilo, tenía motivaciones, acciones y liderazgo sano. Pero Saúl tenía un problema muy grande, Dios ya no estaba con él, ni lo estaría.. Así que los celos comenzaron a gobernar su vida. La alerta estuvo en que el rey Saúl se da cuenta  que Dios estaba con David. Y a partir de ahora Saúl se concentro en amargarse la vida y amargarle la vida a David.

Cuando David estaba enfrentando a Goliat yo creo que no tenía ni idea de lo que le esperaba, de todo lo que traería el hecho de matar a aquel que estaba intimidando a su pueblo. Y es que si supiéramos lo que va a suceder, tal vez no tomaríamos ninguna decisión.  No conocer el futuro nos obliga a tomar un día a la vez. No vale la pena gastar 6 horas del presente en pensar en el futuro, mejor usémoslas de manera provechosa. Recuerda que tener un amigo nos ayuda a enfrentar las crisis y las temporadas malas. Y jamás se te olvide ser positivo y prudente es la mejor reacción ante un enemigo; si David le hubiera seguido el juego a Saúl serían dos locos peleando. ¿Batallas con los celos, la ira y la loquera? Decide ser prudente y que Dios te controle, en lugar de que tus emociones te controlen. ¿Te da miedo no saber qué va a pasar? ¡Tranquilo! Nadie mejor que Dios para tomar el control, si lo tomáramos nosotros, seguramente el futuro sería bastante malo.

Cambio y Fuera!