El protagonista de
nuestras últimas entradas es David, el famosísimo rey David de la Biblia. Si no
has escuchado de él, al menos en las mañanitas (en México) que te cantan en tu
cumpleaños lo oyes. Era tan valiente, excelente guerrero, le iba tan bien
y Dios le había prometido ser rey de Israel; que el rey “actual” Saúl lo odiaba
a muerte. (1 Samuel 23:14) “Y David se quedó
en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de
Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.”
¿Tu te imaginas que un loco desquiciado, que carga una lanza en la mano de día
y de noche, te persiga TODOS los días con tal de matarte?. Definitivamente es
para morirse de miedo y buscar esconderse lo más lejos de donde aquel loco
habite. Yo creo que lo último que David se imaginaba, es que estaba
siendo preparado por Dios; para él lo único que sucedía era que Saúl lo acosaba
hasta que lograra matarlo.
Lo peor es que ya no
era nada más Saúl el que intentaba matarlo, también era el ejercito completo.
El ejercito israelí en ese entonces era conocido por ser un ejercito fuerte y
bien preparado, además de ser dirigido por un rey bipolar que odiaba a David.
Saúl y el ejército de Israel atacan a los filisteos, como parte de sus labores
de conquista, sin embargo Dios los hace perder, porque le quería dar ventaja a
David, que tuviera tiempo de buscar un lugar (una cueva) mejor para esconderse.
Y a continuación se
narra una de las historias más impresionantes de la Biblia. David tiene la oportunidad
de matar a su enemigo Saúl. Recordemos que David vivía en una cueva, donde no
hay luz, ni electricidad.. solo arbustos y rocas salvajes. Saúl andaba por
aquellos rumbos en búsqueda de nuestro protagonista y literalmente la
naturaleza lo llama, es decir, su proceso de digestión estaba en proceso… suena
grotesco, ¿cierto?, pero aun el rey más fino tiene este tipo de necesidades.
Así que le dice a su ejército que se queden por ahí, mientras el se esconde en
una cueva para hacer lo suyo. Imagínate la situación, Saúl en cunclillas, semi-agachado,
recargándose con una mano de alguna roca por ahí, sosteniendo su túnica para
evitar accidentes… creo que no hay una situación más vulnerable para cualquier
persona, es el momento más débil aun para el más poderoso.
Pero de todas las
cuevas que pudo haber escogido, estaba en la cueva donde David habitaba… ¡te
imaginas!. Claro que David estaba al fondo junto con sus cientos de guerreros.
Sin embargo, uno de ellos se percata de quien esta en la entrada y sobretodo de
lo que está haciendo, y rápidamente manda llamar a David. Era la oportunidad
perfecta, prácticamente “caída del cielo” para matarlo. ¿Qué harías si tuvieras
a tu enemigo en una situación tan vulnerable?
Y en esta ocasión el
loco es David, ya que decide que solo le cortará un pedacito de la capa que
traía Saúl, no lo va a matar. Saúl estaba tan concentrado en otras cosas, que
ni sintió cuando David le perdonó la vida, a pesar de tenerlo en posición
privilegiada para ejercer ventaja. Por situaciones como estás llaman a David
“el hombre conforme al corazón de Dios”, porque aun cuando parecía tener una
excelente oportunidad de venganza. Reconoce que solo Dios le puede quitar la
vida al rey, su conciencia del bien y el mal, basado en Dios es mucho más fuerte.
David demuestra que puede ser íntegro, a pesar de lo que tenga enfrente. Y
decide respetar la autoridad del rey.
Me imagino que cuando
los 300 guerreros que estaban en la cueva con él se dieron cuenta que no había
matado al rey, estaban decididos a irlo a matar ellos mismos, David estaba
actuando “sin sentido” aparente. Sin embargo es momento de que David les
explique a sus 300 hombres que no atacará a Saúl en medio de su debilidad. (1º
Samuel 24:7) “Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les
permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su
camino.”.
Hace lo correcto y logra que todos lo apoyen; poco común, ¿no?.
Acaso, ¿influencias a
otros de manera positiva? o ¿dejas que te influencien?. El reto es buscar influenciar
con los principios de Dios. Solo si confiamos 100% en Dios somos capaces de
influenciar y convencer a otros.
Dicen que la venganza
es dulce, pero te garantizo que no trae muy buenas consecuencias. Solo de Dios
es la venganza, de cualquier tipo. Siempre estaremos rodeados de gente que
mueren por vengarse, sin embargo no olvidemos que somos de Dios, y él tiene la
mejor respuesta.
Pero David tampoco se
queda con las manos cruzadas, así que espera a que Saúl termine y salga de la
cueva para confrontarlo. Era una tentación muy grande comenzar a correr un
rumor sobre como David estuvo a punto de matar al rey, pero eran “tan bueno”
que le había perdonado la vida; sin embargo prefiere confrontar con la verdad
al involucrado y no a los chimosos y metiches. David le deja bastante claro a
Saúl que él es un hombre íntegro. Al pobre Saúl no le quedaba más que reconocer
la proeza que su enemigo había hecho en aquel día. Así que el rey hace algo
inaudito, reconoce que David será rey y le hace jurar que protegerá a su familia.
Cabe aclarar que no por eso lo deja de perseguir… no se nos olvide que es
bipolar. (1ºSamuel 24:8-22)
Lamentablemente
muchas veces se aplica el dicho “el león cree que todos son de su condición”,
es decir, esperamos que todos sean malos, o esperamos lo peor de los demás;
porque estamos acostumbrados a ser así. El maltrato, enojo, coraje e ira
siempre serán inevitables al convivir con imperfectos como nosotros, por lo que
el deseo de venganza será constante, sin embargo ¿qué decides? ¡Pídele ayuda a
Dios! Somos justos por decisión personal y por consciencia propia, no esperando
una recompensa. La venganza es de Dios. Nunca te arrepentirás de perdonar.
¡Cambio y Fuera!