martes, 10 de febrero de 2015

La decisión más importante de tu vida

Después de crear al ser humano Dios hace algo extraordinario con el hombre, le dice: (Génesis 2:16-17) “y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»” ¿Qué tiene de especial? Les está dando la oportunidad de escoger, habla sobre las consecuencias negativas de elegir el árbol incorrecto, pero les da la oportunidad de tomar una decisión personal.

A lo largo de la Biblia vemos ese patrón repetirse en muchas ocasiones, Dios no obliga al ser humano a nada, siempre le da la oportunidad de elegir, con plena consciencia de las consecuencias positivas y negativas, pero al final nos da la oportunidad de decidir. La decisión más importante de nuestra vida no es qué carrera estudiar ni con quién nos vamos a casar, es creer o no creer en Dios, seguirlo o no. De aquí parten todas las decisiones importantes de tu vida. La promesa al venir Jesús al mundo es que al creer en Él todos podemos ser salvos. Dios nos da la libertad de elegir porque nos ama y quiere que le demostremos amor. Aunque es Dios y por otro lado ya sabe el futuro y sabe quiénes tomarán la decisión de seguirlo, durante nuestra vida es nuestra responsabilidad hacer esa elección.

Creer en Dios significa someter nuestra voluntad a su voluntad y a sus designios. ¿Cuál es la voluntad de Dios? Es la pregunta más común, encontramos la mejor respuesta en 1ª Timoteo 2:4: “pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.” Que tu seas salvo y que conozcas la verdad de Dios es Su voluntad, todo lo demás proviene de esta premisa. Significa comenzar a querer lo que Dios quiere.

Dios en la persona de Jesús se sometió a la muerte, a pesar del poder que tenía sobre ella. Así mismo nosotros no tenemos excusas para someternos a Él. ¿Tu que escoges? Deuteronomio 30:19 dice: “Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.” Dios no quiere que lo adoremos, quiere que queramos adorarlo, por eso nos da la capacidad de elegir. ¿Tu vida que demuestra, qué elección has tomado?


¡Cambio y fuera!