¿Has intentado caminar sobre
agua?, Pedro, el discípulo de Jesús pudo, a continuación la historia. Jesús ordenó a los
discípulos: «Suban a la barca y vayan a la otra orilla del lago. Yo me quedaré
aquí para despedir a la gente, y los alcanzaré más tarde.» Cuando toda la gente
se había ido, Jesús subió solo a un cerro para orar. Allí estuvo orando hasta
que anocheció. Mientras tanto, la barca ya se había alejado bastante de la
orilla; navegaba contra el viento y las olas la golpeaban con mucha fuerza. Todavía
estaba oscuro cuando Jesús se acercó a la barca. Iba caminando sobre el agua.
Los discípulos lo vieron, pero no lo reconocieron. Llenos de miedo, gritaron:
—¡Un fantasma! ¡Un fantasma! Enseguida Jesús les dijo: —¡Cálmense! ¡Soy yo! ¡No
tengan miedo! Entonces Pedro le respondió: —Señor, si realmente eres tú, ordena
que yo camine también sobre el agua y vaya hasta donde tú estás. Y
Jesús le dijo: —¡Ven! De inmediato Pedro bajó de la barca. Caminó sobre el agua
y fue hacia Jesús. Pero cuando sintió la fuerza del viento, tuvo miedo. Allí
mismo empezó a hundirse, y gritó: —¡Señor, sálvame! Entonces Jesús extendió su
brazo, agarró a Pedro y le dijo: —Pedro, tú confías muy poco en mí. ¿Por qué
dudaste? En cuanto los dos subieron a la barca, el viento dejó de soplar. Todos
los que estaban en la barca se arrodillaron ante Jesús y le dijeron: —¡Es
verdad, tú eres el Hijo de Dios! (Mateo
14:22-33)
Esta historia representa los
diferentes tipos de personas que pueden creer en Dios. Jesús es el que nos
enseña cómo acercarnos a Él. Una vez que decidimos creer en Él empezamos
nuestra vida y es como si nos subiéramos a una barca. Vamos en la barca con más
gente que ha creído en Dios rumbo a la eternidad. Jesús nos manda en la barca
con otros y el se queda ayudando a que el resto crean en Él. Cuando vas en la
barca comienzan a llegar las tormentas propias del mar que representan los
problemas y situaciones complicadas de la vida diaria. Pero lo más
interesante es que en cuanto empieza a ver que estamos en problemas, Jesús se
acerca a nosotros de manera milagrosa para ayudarnos, aun sin que hayamos
pedido ayuda. Simplemente Él deja de hacer lo que está haciendo y voltea con
bondad hacia nosotros. Pero fíjate en el relato, cuando Jesús se acerca, los
discípulos se asustan preguntando si era un fantasma. ¿Qué pasa cuando vemos el
actuar de Dios? Lamentablemente muchas veces actuamos con miedo. No
entendemos lo que está pasando. Nuestra reacción natural es miedo a lo
desconocido. Pero Jesús se manifiesta y te dice que Él está en control.
Pero uno de los discípulos
hace algo diferente, decide tener fe y creer más allá, Pedro se atreve a
decirle a Jesús: “Señor, si realmente eres tú, ordena que yo camine también sobre el agua y
vaya hasta donde tú estás”. Pedro
decide que su objetivo es ir a Jesús y experimentar el milagro de estar con él.
Así que Jesús contesta: “Ven”. Dios te va a dar el poder para resolver
el problema, no te lo va a resolver. Muchas veces ya tenemos el poder, Dios
quiere que actuemos con ese poder, y aunque tenemos el poder para resolver la
situación; la circunstancia te da miedo y te hundes. Pero por un momento Pedro
deja de ver a Jesús, es decir pierde u enfoque en Dios y empieza a ver las
circunstancias y es ahí cuando el miedo se apodera de él y comienza a hundirse
poco a poco. ¿Hundirse poco a poco? Pues.. ¿cuánto tarda una persona en hundirse
en el agua? Es tanta la misericordia de Dios que deja que Pedro se tarde un
poco más en hundirse, algo que normalmente tomaría solo unos segundos. Dios
tiene tanta misericordia de nosotros que no deja que nos hundamos, sino que
podemos volver a pedir ayudar a Dios, como Pedro. Pero aunque te empieces a
hundir Dios no te deja solo y Jesús te regresa a la barca. Tu enfoque debe ser
Dios y no tu problema, sólo dile que te ayude.
Al final la diferencia entre
todos los personajes en esta historia (Pedro, el resto de los discípulos y los
no discípulos que no subieron a la barca) radica en la fe, por fe nos subimos a
la barca, por fe sabemos que aunque a simple vista pareciera que Dios no está
con nosotros Él siempre está cuidando de nosotros, por fe no tenemos miedo
cuando vemos el actuar milagroso de Dios en nuestras vidas, por fe le exigimos
a Dios que nos de poder, por fe nos bajamos de la barca, por fe caminamos en el
agua y solo por fe y teniendo una vida enfocada en nuestro Señor Jesucristo
evitaremos el hundirnos. ¿Qué tan grande es tu fe?.
¡Cambio y Fuera!