David,
el famoso rey que cantamos en las mañanitas, es un famoso personaje cuya
historia es relatada en la Biblia y uno de los mayores ejemplos de amor a Dios.
Es de mis personajes favoritos, porque no conozco otra historia tan llena de
sorpresas, tragedias, victorias y enseñanzas para todos y toda la vida. Dice el
Salmo 78:70-72 (PDT) que “Dios eligió como su siervo a David, y lo sacó de
los rediles de ovejas. Lo quitó de andar cuidando los rebaños y le encargó ser
pastor de su pueblo Jacob, y de Israel, su posesión. Y David cuidó y dirigió
con honestidad e inteligencia al pueblo de Dios.” Lo más sorprendente de la
historia es que a pesar de que David tuvo una vida muy loca, cuando Dios se
refiere a él en la Biblia lo hace como el “joven conforme al corazón de Dios”;
sin duda no somos casos perdidos, ha habido gente peor y con esperanza.
David
tenía 30 años cuando comenzó a reinar, y fue rey durante cuarenta años. Durante
la primera mitad de su vida fue un verdadero ejemplo de carácter e integridad;
y eso fue la base suficiente para tener un futuro bastante prometedor. Como
dice Joel 2:25-26 (PDT) “Ustedes comerán hasta que queden satisfechos, y
alabarán el nombre del Señor su Dios, quien ha hecho maravillas por ustedes. Mi
pueblo nunca más pasará vergüenza.”
Al
famosísimo rey David le había prometido desde hacía muchos años que algún día
sería rey de Israel, sin embargo tuvo que pasar por un proceso muy largo y
tempestuoso. Cuando por fin muere el rey Saúl, su gran enemigo, David sabía que
era su momento de tomar el trono. Pero sabía que era Dios quien lo estaba
poniendo en esa importante posición, así que decide primero preguntarle qué es
lo que debe hacer (2ºSamuel 2:1). Dios le dice que comience en la ciudad de
Hebrón. Jamás olvidemos que Dios SIEMPRE cumple sus promesas, ¡SIEMPRE!, pero
no vale la pena querer ganar todo rápidamente, si no tomar las cosas con calma
y esperar a que Él ponga todo en su lugar. Y hasta este momento el nuevo rey
está comenzando con el pie derecho su nueva vida en el trono.
Pero
poco le duró el gusto, y es que a David le pasó lo que le ha pasado a la
mayoría de las figuras públicas, ya sean del mundo del espectáculo, grandes
políticos, empresarios importantes, entre muchos otros grandes personajes en la
historia de cualquier sociedad… “Candil en la calle y oscuridad en su casa”,
como decimos en México. El famosísimo rey David de las mañanitas se involucró
tanto en la vida pública que perdió todo el control de su familia. Y no
olvidemos que tenía muchos hijos, era un trabajo bastante pesado, pero para él
nunca fue el más importante. Sus logros como líder político de su tiempo fueron
muchísimos, el reino que gobernaba se extendió de 15,540 a 155,400 kms. Sin
embargo tenía demasiadas esposas y demasiados hijos, todos viviendo en el
palacio; es la combinación perfecta para el caos familia y el podría ser la
historia ideal para una novela de televisión nacional. Recordemos que uno de
sus hijos violó a su media hermana, otro de sus hijos se aprovechó de varias
esposas de su papá frente a todo el pueblo, y dos de sus hijos intentaron
quitarle el reino. Pero lo peor fue que David no tenía el valor de decir algo a
sus hijos, solo se enojaba y era indiferente; esto es lo más triste de la
historia. (1ºReyes 1:5-6)
No
olvidemos que así como era una excelente guerrero apasionado por su coraje y
valor, también le encantaba dejarse llevar por los excesos y pasiones. Era muy
apasionado en todo lo que hacía, en la guerra, en el amor, en todo. Y se metió
en problemas bastante grandes, uno de los principales es cuando se enamoró de
una mujer de otro hombre, lo mandó a la guerra para que muriera mientras se
aprovechaba de aquella viuda. El escritor J. Oswald Sanders lo describe mejor:
“La mayor falta de David consistió en ceder a las pasiones de la carne.”
La verdad es que se convirtió en victima de su autosuficiencia y la
soberbia. Sabía que era un grande y quiso tomar ventaja de eso, así que mandó
realizar un censo, solo para enaltecerse y presumir lo mucho que su reino había
crecido. Pero se le olvidó que a Dios no se le pasa nada, y que todo lo que
había logrado hasta ahora era porque Dios lo había puesto en ese lugar, no por
sus grandes capacidades… Así que mala suerte, porque Dios se enojó con
él. Leí hace un tiempo que los cuatro errores más comunes de los líderes son:
finanzas, flojera, faldas y fama… Sin embargo creo que aplica para todos los
seres humanos, son definitivamente las tentaciones más grandes.
David
debió entender a tiempo que su tarea más importante era el cultivo de su
familia y sus hijos. A través de su vida debemos aprender que ningún rasgo del
carácter es tan necesario como la verdadera integridad. La mejor conclusión para
la loca vida de David la da el escritor de Narnia C.S. Lewis: “Los largos,
tediosos y monótonos años de prosperidad o de adversidad cuando se llega a la
mitad de la vida, constituyen una oportunidad excelente para el diablo”. Jamás
estaremos en el climax de nuestra vida como para descuidar nuestra relación con
Dios y darle el correcto valor a nuestras prioridades. Y es que la confesión y
el arrepentimiento ayudan a sanar una herida, pero jamás borran todas las
cicatrices. Siempre habrá alguien en peores condiciones que nosotros, con una
vida más miserable o complicada, pero eso no es excusa suficiente para
permanecer en nuestro estado de confort y dejar para después nuestra búsqueda
Dios. Busca a Dios ahora, hoy que estás en el mejor o peor momento de tu vida,
relaciónate con él para que logres potencializar tu vida y convertirte en tu
mejor versión.
¡Cambio
y Fuera!