viernes, 12 de julio de 2013

Final Feliz

“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.” (Santiago 1:2-8)

Hace muchísimos años, Santiago, el escritor de esta parte de la Biblia, nos hace una de las recomendaciones más locas que existen. Dice que cuando estemos en medio de una prueba o de una situación difíciles nos consideremos muy felices. ¿Te suena lógico? Sin embargo, solamente así podremos terminar con un final feliz en nuestra vida. ¿Cómo será esto posible?

Todos pasamos por diferentes pruebas, problemas, complicaciones o situaciones difíciles. Pero lo que el escritor menciona en su cita es que todas tienen un propósito especial, un propósito divino. Es importante hacer una diferencia entre una prueba y vivir las consecuencias de las malas decisiones, esas no son pruebas. Pero aun eso tiene un propósito de ayudarnos a crecer.

Sin embargo estar en la prueba es el principio, la clave es pasar esa prueba. Nada es casualidad, porque cuando confiamos en Dios, las cosas tienen sentido, lo que nos va sucediendo no es resultado del azar es parte de nuestro proceso de crecimiento. Solo cuando buscas a Dios es posible ser feliz en medio de las pruebas. Porque entonces tienes la capacidad de ver más allá de lo que te está sucediendo. Si renunciamos o abandonamos el barco, o aquello que nos está pasando, no lograremos aprender nuestra lección. Y es que las pruebas nos muestran nuestro propio límite, es ahí cuando podemos relacionarnos de manera sincera con Dios y conocerle tal cual es. Se nos reta a ser constantes, en nuestra fe, en nuestras decisiones; entonces podremos tener un final feliz, y hasta podremos ser perfectos.

Pero si crees que no puedes lograrlo, si te crees indefenso e incapaz de lograr ser feliz en medio de las pruebas o de ser constante en tu fe; se nos sugiere pedir sabiduría a Dios. Lo más interesante de la cita al inicio, es que Santiago, el escritor, nos recomienda pedir sabiduría (inteligencia) en lugar de soluciones. Dios no da soluciones, Él nos da las herramientas y el conocimientos para tomar mejores decisiones y poder salir adelante. Es por eso que es URGENTE pedir sabiduría a Dios, deja de pedirle que te resuelva tus múltiples problemas, ruégale por inteligencia para salir adelante con las herramientas que Él te brinde. Pero la clave es pedir con fe, cuando le pidas a Dios no pidas dudando, porque cuando dudas Dios nos compara con las olas del mar que van de un lado a otro; así que ten fe y seguridad que Dios te está escuchando. Dios siempre nos escucha, pero no pidas con miedo o inseguridad. Solo cuando mostramos fe, en verdad, Dios cumple sus promesas. No seas indeciso, deja de solucionar los problemas a tu manera, pide cuanto antes la sabiduría a Dios para que Él te ayude a solucionarlos con inteligencia.

Me llama la atención que el escritor se refiere al que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones como al que tiene una maldición. Es decir, si no confías entonces Dios no hará nada. Confiemos con acciones en Dios y verdadera fe. Si no vivimos de manera congruente entonces nos hacemos tontos.

“Un hombre caminaba en el bosque cuando vio un capullo. Una mariposa batallaba para salirse. El hombre lo observa por algunos segundos mientras que la mariposa movía de un lado a otro para salirse. Decidió el hombre ayudar a la mariposa. La saco y le puso en la tierra. La mariposa todavía se movía tratando de extender sus alas. Después de alguno minutos, murió la mariposa. Mas tarde, cuando el hombre compartió su historia con su amigo, él respondió: “Es obvio que usted no entendió la situación. Durante ese proceso de salirse de su capullo, sus alas y cuerpo se están reforzando. Así, cuando sale, puede volar.” No quieras acelerar el paso, cada parte del proceso de tu vida, incluidas las pruebas, te está capacitando para poder volar.


¡Cambio y Fuera!