En medio de 500 nombres que cita la
biblia en el libro de Crónicas sobre la descendencia de Israel, te pierdes
entre el hijo de fulanito y de perenganito. Pero de repente Dios nos sorprende
con un persona muy interesante: Jabés. En 1ª Crónicas 4:10 dice: “En cierta
ocasión, Jabés le rogó a Dios: «Bendíceme
y dame un territorio muy grande; ayúdame y líbrame de todo mal y sufrimiento».
Dios le concedió su petición, y Jabés llegó a ser más importante que sus
hermanos.” Y ya… nunca mas vuelve a mencionar a este personaje en toda la
Biblia, es más continua con todos los nombres de hijos e hijas por varios
capítulos, el escritor solo se detuvo a contar la interesante historia de Jabés.
La única característica que conocemos de
este hombre, es que era un hombre de oración. Proverbios 16:3 dice que dejemos
en manos de Dios
todo lo que hacemos,
y nuestros proyectos se harán realidad, Jabés
hizo exactamente eso. La oración citada es bastante práctica y útil para
cualquier circunstancia. Consiste en cuatro partes: pide bendición, tierras, ayuda
y protección, ¿quién no querría eso?.
La primera parte, al pedir bendición, a
veces a nosotros se nos olvida pedirle bendición a Dios y vivimos de migajas
que puedan caer del cielo. En otra versión de la Biblia dice para esta parte
“Oh si me dieras bendición”, una especie de exclamación acerca de una mayor
bendición. Jabés no está escatimando en su petición a Dios, le está pidiendo en
serio. Sabe que es Dios y que puede pedir con confianza y fe.
En segundo lugar pide que le de un
territorio muy grande. Otra versión dice que “ensanche su territorio”, ¿qué
crees que signifique?. Tiene que ver con darle una visión más amplia, mayor fe,
más dinero, mejor salud, más capacidad, más inteligencia, más pasión… ¿Has
hecho una oración así? Pídele sin miedo a Dios, que te de más de eso que tienes
miedo, de lo que sientes que casi no tienes, con aquello que careces, no todas
las carencias son materiales, muchas son emocionales, intelectuales o
espirituales. Eso es pedir que nuestro territorio sea más amplio. Porque cuando
nuestra visión crece nosotros nos ampliamos.
En tercer lugar le pide que lo ayude,
otra versión dice que la mano de Dios esté con él. ¡Que oración tan más
completa! Imagínate, ¿qué harías si supieras que la mano de Dios siempre está
contigo, que no se aparta? ….La respuesta es: ¡todo! Nos sentiríamos
invencibles. La realidad es que la mano de Dios siempre está, pero no siempre
lo creemos, dudamos mucho de nosotros y de Dios. Por eso hace falta pedírselo,
para recordárnoslo a nosotros mismos. Necesitamos su guía y dirección.
Y por último, Jabés pide
que lo libre de todo daño, mal o sufrimiento que pueda pasarle. Si Dios te
cuida, quién puede hacerte daño, nadie. Esta oración es tan completa, es la
oración perfecta para empezar todas nuestras mañanas después de dar gracias por
amanecer un día más. Lo mejor de todo es que al final del versículo que citamos
dice: “Dios le concedió su petición, y Jabés llegó a ser más
importante que sus hermanos.” En Jeremías 33:3 Dios nos dice: “Llámame y te responderé. Te haré conocer
cosas maravillosas y misteriosas que nunca has conocido.” Dios siempre nos
escucha y siempre nos contesta. A veces contesta si, a veces no y a veces
espérate un poco más. Pero debemos pedirle, Él está ahí con cientos de
bendiciones, esperando por nosotros, pero necesitamos pedírselas. La
característica de Jabés es que era un hombre de oración, enfocado y de fe. Si
no sabes cómo orar, tienes un excelente ejemplo aquí. Ora como Jabés con fe y
pasión y empieza a ver resultados en tu vida.
¡Cambio y Fuera!