martes, 6 de noviembre de 2012

El Rey David, el de las mañanitas


Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, a los muchachos bonitos se las cantamos aquí…” ¿Has escuchado del Rey David, el de las mañanitas?... ¿Por qué lo recuerdas? …Casi todos lo recordamos por matar al gigante Goliat y porque cantaba mucho. Sin embargo, es interesante ver como Dios se refiere a David, en el libro de Hechos 13:22, muchísimos años después que David vivió, se refieren a él como: “He hallado a David hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.”.

Leí alguna vez que en la familia de Dios hay dos tipos de personas: Los que se encierran en su egoísmo y los que viven conforme al corazón de Dios. David, el que todos recordamos por las mañanitas mexicanas o por matar al gigante, es recordado por Dios como “el hombre con un corazón conforme al de Dios”.

En los tiempos de David, la presencia de Dios solamente estaba en un tipo de cofre… ¡Era terrible!. Ellos no podían hablar con Dios en cualquier momento, no podían sentirlo, ni pedirle, ni hablar con él… solamente un sacerdote podía estar cerca del cofre cada cierto tiempo. Así que dicho cofre era bastante importante.

Cuando el rey anterior a David, Saúl, murió, el cofre donde estaba la presencia de Dios no se encontraba en la ciudad principal de Israel, Jerusalén. Saúl había hecho y deshecho a su antojo, así que era necesario regresar el cofre o arca a Jerusalén. Además, en aquel tiempo se pensaba que era “buena suerte” tener el arca cerca, porque ahí estaba la presencia de Dios, no les importaban sus acciones, solo tener ese amuleto. Así que David decide llevarla. “David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil.  Y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca (cofre) de Dios.” (2 Samuel 6:1-2).  Pero no olvidemos que cada detalle de la forma de transportarlo era muy importante, era parte de un proceso de adoración. Y es aquí donde David se mete en graves problemas: (2 Samuel 6:3-7) “Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Dios con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. 
Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.” ¿Puedes creer lo que acaba de pasar? A simple vista parece de lo más injusto… Fíjate bien, David decide llevar el arca de Dios a la ciudad principal, la llevaban algunas personas cargada, y de repente los bueyes se tropiezan un poco y para evitar que el arca se caiga, Uza, uno de los que la iba cargando, la detiene. Pero Dios lo mata por este simple hecho. ¿Qué opinas de lo que hizo Uza?.

El enojo de Dios era contra David, no contra Uza, el que la salvó. Muchos años antes Dios había establecido ciertas reglas sobre el medio de transporte adecuado del arca, y es que no cualquier persona podía cargarla. Solamente los levitas, que eran hombres destinados a trabajar en los templos, eran los únicos que podían cargarla. Así que David cometió un grave error al decidir quien hacía que… cuando muchos años antes Dios ya le había enseñado como. La verdad es que se le hizo fácil tomar las decisiones a la ligera.

Pero checa lo que David hace ante lo que está pasando: (2Samuel 6:8) “Y se entristeció David por que Dios mató a Uza.”.  Parece que como dice el dicho “los patos le tiran a las escopetas”, porque  David se enoja con Dios Y es que aunque era un hombre conforme al corazón de Dios, no estaba ni cerquita de ser perfecto. Ser conforme al corazón de Dios significa ser sensible a las cosas de Dios, significa que cada detalle es importante, significa que cuando hace algo malo lo reconoce y acepta su responsabilidad, no se justifica ni culpa a otros. Pero a David le da miedo y prefiere abandonar la tarea, así que Dios bendice a alguien más: (2 Samuel 6:9-11) “Y temiendo David a Dios aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Dios?  De modo que David no quiso traer para sí el arca de Dios a la ciudad; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo.  Y estuvo el arca de Dios en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Dios a Obed-edom y a toda su casa.”

Pasan tres meses, y hasta entonces, David decidió obedecer a Dios y transportar el arca de la manera correcta (1 Crónicas 15:1-13). David recibe un regaño por tomar decisiones solo, sin consultar a Dios. Y finalmente introduce el arca en Jerusalén de manera correcta y en medio de una gran fiesta (2 Samuel 6:14-15). David se muestra bailando emocionado frente al arca que va entrando en la ciudad. Y es que aunque resulte difícil de creer, cuando obedecemos nos sentimos libres. Y al sentirnos libres nos sentimos cómodos, esto es lo que le pasó a David.

La clave está en realmente identificar cómo va nuestra relación con Dios, porque entonces tendremos libertad. Cuanto más libre seas delante de Dios, más confiado te volverás. Imagínate que cuando Dios se refiriera a nosotros dijera, “un hombre o una mujer conforme mi corazón”… Es bastante sencillo, solo obedezcamos.

¡Cambio y Fuera!

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