“Hermanos míos,
considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe
llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les
falte nada. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se
la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que
pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y
llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a
recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo
que hace.” (Santiago 1:2-8)
Hace muchísimos
años, Santiago, el escritor de esta parte de la Biblia, nos hace una de las
recomendaciones más locas que existen. Dice que cuando estemos en medio de una
prueba o de una situación difíciles nos consideremos muy felices. ¿Te suena
lógico? Sin embargo, solamente así podremos terminar con un final feliz en
nuestra vida. ¿Cómo será esto posible?
Todos pasamos por diferentes pruebas,
problemas, complicaciones o situaciones difíciles. Pero lo que el escritor
menciona en su cita es que todas tienen un propósito especial, un propósito
divino. Es importante hacer una diferencia entre una prueba y vivir las
consecuencias de las malas decisiones, esas no son pruebas. Pero aun eso tiene
un propósito de ayudarnos a crecer.
Sin embargo estar en la prueba es el
principio, la clave es pasar esa prueba. Nada es casualidad, porque cuando
confiamos en Dios, las cosas tienen sentido, lo que nos va sucediendo no es
resultado del azar es parte de nuestro proceso de crecimiento. Solo cuando
buscas a Dios es posible ser feliz en medio de las pruebas. Porque entonces
tienes la capacidad de ver más allá de lo que te está sucediendo. Si
renunciamos o abandonamos el barco, o aquello que nos está pasando, no
lograremos aprender nuestra lección. Y es que las pruebas nos muestran nuestro
propio límite, es ahí cuando podemos relacionarnos de manera sincera con Dios y
conocerle tal cual es. Se nos reta a ser constantes, en nuestra fe, en nuestras
decisiones; entonces podremos tener un final feliz, y hasta podremos ser
perfectos.
Pero si crees que no puedes lograrlo, si te
crees indefenso e incapaz de lograr ser feliz en medio de las pruebas o de ser
constante en tu fe; se nos sugiere pedir sabiduría a Dios. Lo más interesante
de la cita al inicio, es que Santiago, el escritor, nos recomienda pedir
sabiduría (inteligencia) en lugar de soluciones. Dios no da soluciones, Él nos
da las herramientas y el conocimientos para tomar mejores decisiones y poder
salir adelante. Es por eso que es URGENTE pedir sabiduría a Dios, deja de
pedirle que te resuelva tus múltiples problemas, ruégale por inteligencia para
salir adelante con las herramientas que Él te brinde. Pero la clave es pedir
con fe, cuando le pidas a Dios no pidas dudando, porque cuando dudas Dios nos
compara con las olas del mar que van de un lado a otro; así que ten fe y
seguridad que Dios te está escuchando. Dios siempre nos escucha, pero no pidas
con miedo o inseguridad. Solo cuando mostramos fe, en verdad, Dios cumple sus
promesas. No seas indeciso, deja de solucionar los problemas a tu manera, pide
cuanto antes la sabiduría a Dios para que Él te ayude a solucionarlos con
inteligencia.
Me llama la atención que el escritor se
refiere al que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones como al que
tiene una maldición. Es decir, si no confías entonces Dios no hará nada.
Confiemos con acciones en Dios y verdadera fe. Si no vivimos de manera
congruente entonces nos hacemos tontos.
“Un hombre
caminaba en el bosque cuando vio un capullo. Una mariposa batallaba para
salirse. El hombre lo observa por algunos segundos mientras que la mariposa movía
de un lado a otro para salirse. Decidió el hombre ayudar a la mariposa. La saco
y le puso en la tierra. La mariposa todavía se movía tratando de extender sus
alas. Después de alguno minutos, murió la mariposa. Mas tarde, cuando el hombre
compartió su historia con su amigo, él respondió: “Es obvio que usted no
entendió la situación. Durante ese proceso de salirse de su capullo, sus alas y
cuerpo se están reforzando. Así, cuando sale, puede volar.” No quieras acelerar
el paso, cada parte del proceso de tu vida, incluidas las pruebas, te está
capacitando para poder volar.
¡Cambio y Fuera!
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