¿Te suena el arca de Noé? Animales
subiéndose a un mega barco a punto de sobrevivir a un diluvio, ¿cierto? Pero
esta historia tiene una enseñanza mucho más grande. Cuando la humanidad tenía
relativamente poco de haberse formado, la raza humana ya le había colmado la
paciencia a Dios, así que Dios se hartó de tanta necedad y decidió terminar con
todos. Pero vio a uno en medio de todos los seres humanos que era diferente, uno
que valía la pena salvar, y con él su familia. Este era Noé. Dios estaba en descontento
con todo el mundo, pero le sonrió a Noé. La Biblia dice que la integridad de
Noé fue lo que hizo que Dios se fijara el él, en medio de una sociedad donde la
maldad era extrema, la injusticia y depravación eran el común denominador, Noé
era justo, casi perfecto en su conducta; y buscaba andar en los caminos de
Dios, a pesar de que nadie lo hiciera. Su carácter fue la razón del favor de
Dios hacia su vida y la de su familia. Nadie es perfecto, pero Noé daba lo
mejor de sí para vivir conforme Dios le pedía, era sincero en su vivir con
Dios, y esa sinceridad Dios se la tomó como perfección. Dios siempre ama a los
que aman, a pesar de que no sean perfectos.
La Biblia dice que en aquel tiempo
los hijos de Dios se mezclaron con los hijas de los que no buscaban a Dios y de
ahí salieron gigantes (reales). Ellos eran considerados héroes, eran muy
poderosos. Sin embargo Noé, que era “un simple mortal”, fue tomado en cuenta
para sobrevivir a la matanza que Dios estaba a punto de hacer por encima de los
gigantes… así que importante era el comportamiento de Noé. Realmente era
honorable para su época. Como dice 1º Corintios 1:27 “Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son
tontos y no tienen importancia, Dios los eligió, para que los que se creen
sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de
vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los
que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así,
Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada.” Noé amaba a Dios de todo corazón, buscaba ser fiel en
todo y esto le valió por justicia para salvarse y volver a empezar la historia.
Lo complicado de
la historia está en la orden que Dios le da. Dios le dice: (Génesis 6:10-22) “Voy a acabar con todos los seres vivientes de este mundo,
y dejaré la tierra inhabitable porque está llena de violencia. Así que toma
madera y hazte una casa flotante. Úntala con brea por dentro y por fuera, y
constrúyele varios cuartos. La casa debe ser de tres pisos, y medir ciento
treinta y cinco metros de largo, veintidós metros de ancho y trece metros de
alto. Hazle un techo y una puerta en el costado, y también ventanas a medio
metro del techo. Yo voy a enviar sobre la tierra una
lluvia tan fuerte que acabará con todo lo que tenga vida en este mundo. ¡No
quedará nada con vida! »Sin embargo, voy a hacer un trato contigo. Tú, tus
hijos, tu esposa y tus nueras entrarán en la casa flotante, y también un macho
y una hembra de toda clase de aves, reptiles y animales domésticos y salvajes.
Los meterás contigo, para que no mueran. Toma toda clase de alimentos y guárdalos en la bodega, para que todos
tengan qué comer».Y Noé siguió con cuidado todas las instrucciones que Dios le
dio.” ¡No era
cualquier orden! Era la orden más complicada que Dios había dado hasta ese
momento desde que fundó la tierra, ¿por qué? Para empezar debes saber que hasta
ese momento los seres humanos no conocían la lluvia. La tierra era
prácticamente nueva, en Génesis 2:5-7 dice que en lugar de llover emanaba de la
tierra un vapor que cumplía la función de lluvia. Así que cuando Dios dice que
se va a caer un diluvio por 40 días suena totalmente loco… ¿quién iba a
creerle? Además en la historia suena a que se tardó unos cuantos días, pero la
realidad los cálculos dicen que se tardó más de 100 años en construir el arca…
Imagínate 100 años obedeciendo algo que es “prácticamente” imposible porque
nunca has visto que suceda, pero Dios te dijo que va a suceder, y el destino de
la humanidad depende de eso.
Y
lo mejor de la historia es la última parte: “Y Noé siguió con cuidado todas las instrucciones que Dios
le dio”. ¡Wow! No era
cualquier orden, llena de especificaciones raras, difíciles, largas, en contra
de todos y con “probabilidades humanas poco claras”… Pero Dios cumple su
promesa a Noé como solo Dios sabe hacerlo, mejor de lo que podíamos esperarlo.
(*Génesis 9:8-17) “Y
ésta es mi promesa: Nunca más volveré a destruir la tierra con una inundación
tan terrible». También dijo Dios: Acabo de hacerles una promesa a ustedes y a
todos los seres vivos de esta tierra, que incluye también a los que todavía no
han nacido. Como prueba de esta promesa, pongo mi arco iris. Cuando yo traiga
nubes sobre la tierra, el arco iris aparecerá, y me acordaré de mi promesa.
Jamás volverá a haber una inundación tan grande como para acabar con toda la
vida. El arco iris es la señal de esta promesa».” ¿Sabías el significado del arcoíris? Dios
se lo prometió a Noé hace miles de años.
Noé
es el ejemplo perfecto de un hombre de fe, paciencia, obediencia, fidelidad y
amor por Dios. Seguro lo atacaron bastante y por muchos años (más de 100 años
que duró la construcción del arca); Dios no le estuvo hablé y hablé para
reafirmar lo bien que iba su proyecto, sólo le habló una vez; tuvo que ayudar a que su
familia creyera en lo que Dios había prometido; y debió esforzarse mucho para
no perder de vista la promesa de Dios. Su fe lo mantuvo de pie para alcanzar la
promesa al final de la tormenta, literal. ¿Listo para parecerte a Noé?
¡Cambio
y Fuera!
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