lunes, 6 de enero de 2014

La Oración

¿Qué opinas de rezar? ¿Realmente Dios nos escucha? Muchos creen que la oración no es necesaria, creen que con portarse bien es más que suficiente. Otros creen que es el departamento de quejas y reclamos con Dios, o que es un mero trámite.

¿Qué dice la Biblia sobre las oraciones? Mateo 6:6-8 “Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto. Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso. No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.” Si dices creer en Dios, orar debe ser como respirar. Pero desafortunadamente muchos llevan aguantando la respiración por demasiado tiempo.  Es tan simple como platicar y comunicarte con tu mejor amigo. En todo momento agradeces, pides, lloras, confías, buscas, hablas; pero se trata de hacerlo con Dios. No hay nada que diga tanto la verdad sobre nosotros como cristianos, que nuestra vida de oración.
¿En qué se basa tu vida? La vida de Jesús se basó en la oración, Él oraba mañana, tarde y noche. La oración constante e incesante es esencial para relacionarnos con Dios. Si nos comunicamos con nuestros amigos con la poca frecuencia con la que algunos de nosotros nos comunicamos con el Dios, esos amigos podrían desaparecer de repente.  Pero, te has preguntado ¿por qué orar? Cuando oramos logramos encontrar la paz que tanto busca el ser humano. Pero además, es la mejor manera de darle gloria a Dios; y ese es nuestro propósito como seres humanos, glorificar a Dios. Si no oras, no cumples tu propósito. ¿Quieres saber cuál es la verdadera voluntad de Dios? Cuando ores lo encontrarás.

Efesios 6:18 dice “No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios.” y Col 4:2 dice “Dediquen siempre tiempo a la oración, y den gracias a Dios.

¿Qué es orar? Orar es nuestro primer recurso ante cualquier circunstancia que estemos pasando. Orar con frecuencia nos da la habilidad y destreza de hacerlo en todo momento. Lo ideal es que sea involuntario, que sea algo que hagas ya sin pensar, en automático. Cada momento o circunstancia son una oportunidad para convivir con Dios. Sólo cuando oramos podemos sincronizar nuestra mente con las cosas del cielo. Pero lo más importante es orar cualitativamente y no cuantitativamente. Recordemos la promesa que Jesús nos da en Juan 16:24: Hasta ahora ustedes no han pedido nada en mi nombre. Háganlo, y Dios les dará lo que pidan; así serán completamente felices.

¿Cómo orar? La Biblia registra muchas formas de orar, es espontáneo. Cualquier tiempo, momento, lugar, espacio, es buenísimo para orar, ¡aprovéchalo! Dios responde al corazón y tu entrega, no a tus palabras. Se sincero y tu oración es válida. Oras para mejorar tu relación Dios, no para los que te escuchan. Dios no ve las palabras de la oración, si no los pensamientos de tu corazón. ¿Te has quedado dormido? Todos nos hemos quedado dormidos orando, no te preocupes, pero sigue trabajando en eso. Procura no orar cuando estés en la cama, párate, camina, escríbelas. Bloquea tu mente, y trata de usar todos tus sentidos.

¿La oración funciona? Cuando oramos apelamos a la misericordia de Dios. La oración eficaz. Checa lo que nos dice Santiago 5:14-18 Si alguno está enfermo, que llame a los líderes de la iglesia, para que oren por él; entonces ellos le untarán aceite y le pedirán al Señor que lo sane. Si oran con confianza, Dios les responderá y sanará al enfermo, y si ha pecado también lo perdonará. Por eso, confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que Dios los sane. La oración de una persona buena es muy poderosa, porque Dios la escucha. Por ejemplo, el profeta Elías era en todo igual a todos nosotros; pero le pidió a Dios con mucha confianza que no lloviera, ¡y durante tres años y medio no llovió sobre la tierra! Después volvió a orar, ¡y llovió y la tierra dio sus cosechas!”. Reza de la manera adecuada, recuerda que Dios nunca se cansa de las oraciones. En la Biblia se nos dice que “oremos todo el tiempo”, “oremos sin cesar”, “seamos constantes en la oración”, “se arrodillaban 3 veces al día”, “tarde y mañana y a media día oraré”. ¡Vaya que la oración es muy poderosa!

¿Cuánto debemos orar? Ora hasta que sientas paz y libertad en tu corazón del estrés y angustias. Reza/Ora como si tu vida dependiera de la oración, porque así es.

¡Cambio y Fuera!

martes, 29 de octubre de 2013

¿Te pareces a Dios?

Mírate en el espejo, ¿te pareces a Dios?, ahora ve a tus papás, amigos, pareja, compañeros, vecinos… ¿crees que se parecen a Dios?. Y no me refiero a una imagen física, sino a nuestra esencia. Como seres humanos fuimos diseñados para parecernos a Dios nuestro creador. “Fue así como Dios creóal ser humanotal y como es Dios.Lo creó a su semejanza.Creó al hombre y a la mujer.” (Génesis 1:27 TLA). Cuando nacemos así somos, pero poco a poco nos dejamos de parecer a nuestro creador, y comenzamos a imitar conductas “tentadoras” pero bastante negativas. Cuando te ves al espejo y hay cosas que ya te sobran, que ya no se parecen a tu diseño original, es decir, que no se parecen a Dios, eso ya está de más.

Pero, no te preocupes, podemos regresar al diseño perfecto, Efesios 4:22-24 dice “Ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él.” Es momento de regresar a nuestro diseño original y ser como Dios, con las características que Él nos dio, y que nos lleven a una mejor vida y nos harán mucho más hermosos. Lo más interesante es que Dios nos puede transformar en segundos, pero en cambio nos va moldeando a través del conocimiento de la Biblia, en otras ocasiones usa a su Espíritu Santo, usa personas con las que convivimos todos los días y las diferentes circunstancias que nos toca enfrentar.

Como sabemos nadie conoce a Dios físicamente, pero podemos conocerlo a través de la Biblia. En la Biblia encontrarás quién es Dios, cómo es, cuál es su propósito al crear al ser humano, qué espera de nosotros, cómo debemos vivir, cómo poder cumplir nuestro propósito, qué va a pasar en el futuro, quiénes somos en realidad y todas las preguntas que llegamos a tener como seres humanos. Hebreos 4:12 dice que: “Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.” Sólo cuando estudiamos la Biblia, entonces podemos ser confrontados con la realidad y lo que nuestro creador espera de nosotros y cómo lograrlo.

Dios también usa a su Espíritu Santo, que es la representación de Dios mismo pero en la tierra entre nosotros día a día. Es como la voz de nuestra conciencia. La función del Espíritu Santo es desarrollar el carácter de Dios en nosotros. Solo Él puede quebrantar nuestro ego y nuestra voluntad. Cuando aprendemos a escuchar esa voz, podemos decidir entre lo correcto y lo incorrecto y vivimos en otro nivel. Pero solamente cuando tenemos fe podemos escuchar esa voz.

Las personas con las que convivimos son tal vez uno de los medios más comunes que Dios usa para moldearnos. Me gusta pensar que Dios usa a todos los que nos rodean para formarnos unos a otros, es decir, aquellos que te fastidian están ahí por una razón, como nosotros están ayudando a que alguien más sea formado por Dios. Así que cada vez que sientas que otros están estorbando tu camino, piensa diferente, lo más probable es que Dios los está usando para ajustar, acomodar, quitar o poner algo nuevo en nuestra vida. Él quiere que crezcamos juntos, el aislamiento jamás nos llevará a crecer.

La Biblia dice en Romanos 8:28 que “sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan.” Así que si ten la seguridad que TODO lo que te sucede es porque Él tiene un plan. En muchas ocasiones enfrentamos situaciones difíciles consecuencia de malas decisiones; pero muchas otras nos vienen crisis o conflictos como pruebas de parte de Dios, para formarnos conforme a su plan inicial donde nos parecemos a Él. Las circunstancias de la vida son el momento perfecto para prueba-error con Dios.

Él usa los problemas para enseñarnos a confiar. Las tentaciones para checar nuestra obediencia, porque por más que intentemos no las podemos evitar, pero si podemos hacer lo correcto y ser más fuertes. Aun lo malo que otros nos hacen, Dios lo usa para que aprendamos a perdonar. Él no creó la maldad, pero solo en estas circunstancias podremos aprender a perdonar, ya que es una característica fundamental de la personalidad de nuestro Dios.

Nunca se nos olvide que Dios está más interesado en lo que somos que en lo que hacemos o tenemos. Dice Romanos 8:17 Y como somos sus hijos, tenemos derecho a todo lo bueno que Él ha preparado para nosotros. Todo eso lo compartiremos con Cristo. Y si de alguna manera sufrimos como él sufrió, seguramente también compartiremos con él la honra que recibirá.” Dios tiene todo lo bueno para ti, déjate usar por sus herramientas y transfórmate para alcanzar un nuevo nivel en tu vida.

¡Cambio y Fuera!

lunes, 21 de octubre de 2013

Mantenimiento Preventivo

¿Tienes un automóvil o has manejado alguno? Si es así seguramente has escuchado de los servicios de mantenimiento preventivo cada cierto tiempo para mantener el automóvil en las mejores condiciones y evitar contratiempos. A muchos les parece una pérdida de tiempo, pero si no se realizan el desgaste el carro es mucho más rápido y se acorta su vida útil. En ocasiones no lo queremos llevar porque tiene un costo extra, pero con seguridad podemos saber que te evitará gastos mayores. Como seres humanos  es exactamente igual, necesitamos revisarnos periódicamente para evitar el caos.

El chequeo más básico es la carrocería, es decir, una revisión externa e interna rápido, que se debería de hacer todos los días; con el fin de encontrar desperfectos y poder solucionarlos a la brevedad. Hacerlo evita la corrosión, es más fácil limpiar o corregir errores cuando van iniciando a esperar a que el carro se quede parado en la carretera. La recomendación para nuestra vida está en 1º Tesalonicenses 5:16-19 TLA dice:Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera de ustedes, como cristianos que son. No alejen de ustedes al Espíritu Santo.”

Después es necesario checar los niveles y las mediciones del carro, niveles de agua, aceite, etc. Es esa revisión semanal, donde el carro está inmóvil en plano en frio y se puede revisar con un poco más de detalle. Así nosotros al escuchar sobre la palabra de Dios cada semana al asistir a la iglesia podemos hacer una revisión objetiva que nos ayude a ajustar lo que sea necesario. Como dice Hebreos 10:25 No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo.”

La tercera revisión necesaria es el sistema eléctrico de nuestro automóvil. Es decir, la revisión de la batería, la cual es muy importante para generar energía para que el carro funcione, sin batería el carro no funciona, así de sencillo. La batería de nuestra vida es el alma, por lo que la Debemos cuidar muy bien, es lo más importante en nuestra vida, si nuestra alma no funciona, no está en paz, podemos entrar en crisis y quedarnos parados en medio de la tormenta. Cuidar la batería de nuestro carro es una labor diaria, cuidando no dejar luces prendidas o puertas abiertas; igual con nuestra alma, cuídala todos los días, ¿la enriqueces o la deterioras? Sigue la recomendación del Salmo 1:1-3 “Dios bendicea quienes no siguen malos consejosni andan en malas compañíasni se juntan con los que se burlan de Dios. Dios bendicea quienes aman su palabray alegres la estudian día y noche. Son como árboles sembradosjunto a los arroyos:llegado el momento,dan mucho frutoy no se marchitan sus hojas.¡Todo lo que hacen les sale bien!

¿Qué pasa si los frenos de tu automóvil se mojan o están fallando? Seguramente no conduces con la misma seguridad por miedo a patinarte o chocar. El sistema de frenado en nuestra vida es el Espíritu Santo y nuestra capacidad de autocontrol. El líquido de freno que todo carro necesita, para parar en el momento adecuado sin patinar y sin rechinar, es el Espíritu Santo en nosotros. ¿Lo dejas actuar? ¿Cómo está el freno en tu vida? Acaso ¿frenas cada vez más lento?. Recuerda que sin autocontrol somos meros animales, sólo cuando dejamos que el Espíritu Santo nos guíe somos capaces de controlar los enojos, caprichos, celos excesivos, chantajes, manipulaciones, críticas, juicios, entre otras pasiones escondidas. La Biblia dice que Dios mandó a su espíritu para que podamos contra aquello que nos hace salir de control. Hechos 1:8 dice: “Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo.”

La suspensión o los amortiguadores, esos que te ayudan a pasar los topes con más suavidad, es la obediencia a Dios. Dice Santiago 4:8-10Háganse amigos de Dios, y él se hará amigo de ustedes. ¡Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el mundo de pecado. Pónganse tristes y lloren de dolor. Dejen de reír y pónganse a llorar, para que Dios vea su arrepentimiento. Sean humildes delante del Señor, y él los premiará.Entre más obedientes seamos, mejor manejo de nuestra vida tendremos. La verdad es que entre mejor uso le demos a la obediencia, mejor vida tendremos. Si vemos algún desgaste en la suspensión del carro, debemos ir al taller de inmediato, igual con nuestra vida, si vemos que obedecer no es cada vez más difícil es necesario tener una cita con Dios y revisar qué está pasando.
Y qué tal las llantas, ¿son importantes?... ¡importantísimas! Las llantas desgastadas o del tamaño equivocado son un verdadero peligro para el conductor y aun para los peatones. Las llantas son las leyes de Dios.  De nada sirve la potencia si no te mueves con las leyes de Dios. Es el punto de unión entre tu y el mundo, es la conexión. Si no tienes las leyes adecuadas vas a patinar. Pon las leyes y mandamientos adecuados según el momento de tu vida. La Biblia, la ley de Dios, contempla todos los aspectos de nuestra vida. Debes conocer cómo son, dónde se usan, cuándo se usan, sus impactos y que se requiere para ponerlas. Debes usarlas tal cual son, si no van a fallar. Tantos banquetazos te harán estar encuerado. Dice 1º Juan 2:4-6 que “Si alguien dice: «Yo soy amigo de Dios», y no lo obedece, es un mentiroso y no dice la verdad. En cambio, el que obedece lo que Dios ordena, de veras sabe amar como Dios ama, y puede estar seguro de que es amigo de Dios. El que dice que es amigo de Dios debe vivir como vivió Jesús.
Y tal vez lo que muy pocas veces tenemos en cuenta, es el libro de uso y mantenimiento, todos los automóviles tienen uno, igual que nosotros, el nuestro es la Biblia. Josué 1:8 dice: “Nunca dejes de leer el libro de la Ley; estúdialo de día y de noche, y ponlo en práctica, para que tengas éxito en todo lo que hagas.Recuerda revisarlo con cuidado y tiempo, no sea que la primera vez que la agarres sea que estás en medio de una tormenta sólo, extraviado, perdido y no sepas qué hacer. La anticipación es la clave de todo.


¿Quieres un automóvil listo para salir a carretera en todo momento, que no te deje tirado por ahí en medio de la nada, que no te haga quedar mal con tu novia, que pueda estar siempre en perfectas condiciones? Debes llevarlo al servicio preventivo. Lo mismo con tu vida, necesitas cuidarte por dentro y por fuera para estar listo para esta vida que está llena de baches, topes, caminos en mal estado. ¡Mantente en el mejor estado posible!

¡Cambio y Fuera!

martes, 27 de agosto de 2013

Al Taller del Maestro


Hay una canción del canta-autor Alex Campos llamada “Al taller del maestro”. Sin duda es una de las canciones más nostálgicas que conozco, pero al analizar su contenido he aprendido bastante. El coro de la canción dice así:

Al taller del maestro vengo, pues él me curara
Me tomará entre sus brazos y cada herida sanará
Las herramientas del maestro, mi alma remendará
Martillo en mano y mucho fuego, aunque me duela ayudará
Al conocerlo voy a entenderlo, al saber que nada merezco
Amarte es más que un sentimiento, es una entrega es un negar
Es más que un sentimiento, es la decisión de amar.

Pero, ¿quién es el maestro al que el autor se refiere? La respuesta es simple: Dios. Él es nuestro creador, Él nos hizo, somos su creación, su mejor obra. Como dice el autor Joel Osteen “Nuestro valor individual es intrínseco; no es algo que hayamos ganado ni podamos ganarlo. Dios nos puso valor dentro cuando nos creó. Para Dios, somos su creación suprema.” Por lo tanto Dios es nuestra principal necesidad. Cuando te sientes solo, sin sentido, perdido, triste o desarreglado; lo que en realidad necesitas es a DIOS. Si Él nos creó, nadie mejor para arreglarnos y dejarnos como nuevos, o incluso mejor que nuevos.

Me gusta la analogía que hace el profeta Jeremías en su libro (Jeremías 18:1-6) respecto al creador, su taller y sus creaciones. La historia es sencilla, Jeremías va con un alfarero a observar, y se da cuenta que mientras está trabajando  en el torno y modelando su pieza, de repente decide deshacerla, a Jeremías le parecía que iba bien, pero el alfarero vio que era necesario modificarla, hasta que quedara perfecta perfecta. Igual somos nosotros con Dios, Él es el alfarero, y cuando ve que sus creaciones (nosotros) no vamos tan bien, nos vuelve a moldear. Dios es nuestro taller de reparación, como dicen hoy en día, de pimpeado

Recurrimos al taller de Dios, el maestro, para que nos haga mejores, a que nos agregue o nos quite. Es ahí donde podemos obtener habilidades, actitudes y capacidades nuevas. No somos obras perfectas, estamos en proceso de construcción y eso nos llevará toda la vida. Pero la diferencia entre Dios y los talleres regulares, es que Dios no sólo nos arregla, sino que nos deja como al principio, es decir, usa sólo piezas originales, nos mejora al cien por cierto. Con Dios es una cuestión del alma, el busca dejar nuestro interior mejor que nuevo, no solo la carrocería.

Vamos al taller del maestro para curar, sanar, restaurar y para darnos un buen mantenimiento. Dios nos quita lo que nos estorba, renueva las áreas que debemos mejorar  y nos usa para ayudar a otros. Me gusta lo que dice al respecto la autora Joyce Meyer: “Cuando David dice que Dios restaurará nuestras almas, creo que quiere decir que Dios nos devolverá al estado o condición donde estábamos antes de errar en seguir el buen plan que Dios había predestinado para nosotros desde nuestro nacimiento.

Recordemos lo que dice el coro de la canción, “amar a Dios es más que un sentimiento, es una entrega”. Amar a Dios es negarnos a nosotros mismos, a nuestras debilidades, para poder ir a su taller y esperar que Él no deje mejores.  Como dice el autor en Filipenses 1:6 “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá *perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”

Y así como en los talleres comunes debemos ir al mantenimiento preventivo, y no solo a emergencias. El mantenimiento preventivo es nuestra relación diaria con Dios. Es orar, es leer lo que la Biblia dice y buscar tiempo para entenderlo y aplicarlo a nuestras vidas, buscando evitar emergencias. Dios va a usar muchas herramientas para arreglarnos, sin olvidar que siempre que las usa es con amor genuino, el amor del que nos conoce mejor y busca que lleguemos a ser perfectos. Siempre tendrá cuidado y será detallista, solo recordemos que Él diseñó el universo mismo, así que el mismo cuidado utilizará con su creación favorita. Sus herramientas duelen en algunas ocasiones, pero el propósito siempre será conocerlo y entenderlo.

Es hora de ir al taller del maestro, ir a recuperarnos de las heridas constantes y buscar mejorar, para entonces conocer y realmente entender quién es nuestro maestro, lo mucho que nos ama y los increíbles planes que tiene para la eternidad. Bienvenido al taller.

¡Cambio y fuera!

viernes, 12 de julio de 2013

Final Feliz

“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.” (Santiago 1:2-8)

Hace muchísimos años, Santiago, el escritor de esta parte de la Biblia, nos hace una de las recomendaciones más locas que existen. Dice que cuando estemos en medio de una prueba o de una situación difíciles nos consideremos muy felices. ¿Te suena lógico? Sin embargo, solamente así podremos terminar con un final feliz en nuestra vida. ¿Cómo será esto posible?

Todos pasamos por diferentes pruebas, problemas, complicaciones o situaciones difíciles. Pero lo que el escritor menciona en su cita es que todas tienen un propósito especial, un propósito divino. Es importante hacer una diferencia entre una prueba y vivir las consecuencias de las malas decisiones, esas no son pruebas. Pero aun eso tiene un propósito de ayudarnos a crecer.

Sin embargo estar en la prueba es el principio, la clave es pasar esa prueba. Nada es casualidad, porque cuando confiamos en Dios, las cosas tienen sentido, lo que nos va sucediendo no es resultado del azar es parte de nuestro proceso de crecimiento. Solo cuando buscas a Dios es posible ser feliz en medio de las pruebas. Porque entonces tienes la capacidad de ver más allá de lo que te está sucediendo. Si renunciamos o abandonamos el barco, o aquello que nos está pasando, no lograremos aprender nuestra lección. Y es que las pruebas nos muestran nuestro propio límite, es ahí cuando podemos relacionarnos de manera sincera con Dios y conocerle tal cual es. Se nos reta a ser constantes, en nuestra fe, en nuestras decisiones; entonces podremos tener un final feliz, y hasta podremos ser perfectos.

Pero si crees que no puedes lograrlo, si te crees indefenso e incapaz de lograr ser feliz en medio de las pruebas o de ser constante en tu fe; se nos sugiere pedir sabiduría a Dios. Lo más interesante de la cita al inicio, es que Santiago, el escritor, nos recomienda pedir sabiduría (inteligencia) en lugar de soluciones. Dios no da soluciones, Él nos da las herramientas y el conocimientos para tomar mejores decisiones y poder salir adelante. Es por eso que es URGENTE pedir sabiduría a Dios, deja de pedirle que te resuelva tus múltiples problemas, ruégale por inteligencia para salir adelante con las herramientas que Él te brinde. Pero la clave es pedir con fe, cuando le pidas a Dios no pidas dudando, porque cuando dudas Dios nos compara con las olas del mar que van de un lado a otro; así que ten fe y seguridad que Dios te está escuchando. Dios siempre nos escucha, pero no pidas con miedo o inseguridad. Solo cuando mostramos fe, en verdad, Dios cumple sus promesas. No seas indeciso, deja de solucionar los problemas a tu manera, pide cuanto antes la sabiduría a Dios para que Él te ayude a solucionarlos con inteligencia.

Me llama la atención que el escritor se refiere al que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones como al que tiene una maldición. Es decir, si no confías entonces Dios no hará nada. Confiemos con acciones en Dios y verdadera fe. Si no vivimos de manera congruente entonces nos hacemos tontos.

“Un hombre caminaba en el bosque cuando vio un capullo. Una mariposa batallaba para salirse. El hombre lo observa por algunos segundos mientras que la mariposa movía de un lado a otro para salirse. Decidió el hombre ayudar a la mariposa. La saco y le puso en la tierra. La mariposa todavía se movía tratando de extender sus alas. Después de alguno minutos, murió la mariposa. Mas tarde, cuando el hombre compartió su historia con su amigo, él respondió: “Es obvio que usted no entendió la situación. Durante ese proceso de salirse de su capullo, sus alas y cuerpo se están reforzando. Así, cuando sale, puede volar.” No quieras acelerar el paso, cada parte del proceso de tu vida, incluidas las pruebas, te está capacitando para poder volar.


¡Cambio y Fuera!

martes, 11 de junio de 2013

La mejor inversión

Hace un par de siglos un joven inmigrante de dieciséis años tuvo que dejar su hogar porque su padre era demasiado pobre para sostenerlo. Salió con sus bienes materiales en un paquete que llevaba en su mano. Cuando el joven del campo llegó a la gran ciudad de Nueva York descubrió que era difícil conseguir un empleo. Recordando las últimas palabras de su madre y el buen consejo que le dio el capitán de un barco, el joven dedicó su vida a Dios, determinando devolver a su Señor la décima parte de cada dólar que ganaba. Así que, cuando recibió su primer billete de un dólar, dedicó diez centavos a Dios. Y seguía haciéndolo a lo largo de los años. Después de unos años llegó a ser socio de una fábrica de jabón. Y más tarde compró la parte de su socio e incluyó a su hermano en la firma. Instruyó a su contador que abriera una cuenta a nombre de Dios y que depositara allí la décima parte de todas sus ganancias. El negocio creció maravillosamente y el propietario decidió dedicar a Dios 20% de sus ganancias; luego 30%, después 40% y finalmente 50% de las ganancias. Parecía aumentarse sus ventas en proporción con su generosidad, y pronto la marca de su jabón llegó a ser conocida en todo el mundo. El finado William Colgate era este hombre que Dios prosperó tan notablemente por su gran fidelidad.
¿A ti te sobra el dinero? o ¿conoces a alguien a quien sí?... ¡Claro que no! A nadie le sobre el dinero, siempre nos falta, casi no tenemos, nunca es suficiente; así que escribir sobre dar dinero a Dios es una completa locura. Pero lo que se nos olvida es que aunque nos esforcemos por trabajar mucho y ser cada día más millonarios o menos pobres, como lo quieras ver, quien nos da o nos quita es Dios. Dios es dueño de todo.
Siempre nos quejamos de lo mucho que nos falta y tenemos una lista en mano de todo lo que necesitamos, pero la verdad es que Dios nos ha dado muchísimo. Y nos lo da con una razón, (Hechos 20:35) “Les he enseñado que deben trabajar y ayudar a los que nada tienen. Recuerden lo que nos dijo el Señor Jesús: “Dios bendice más al que da que al que recibe.Aquí está la clave para que nos deje de faltar: DAR. En Lucas 6:38 nos lo vuelven a repetir: “Denles a otros lo necesario, y Dios les dará a ustedes lo que necesiten. En verdad, Dios les dará la misma medida que ustedes den a los demás.
Pero antes de dar a otros es momento de dar a tu iglesia, a esa iglesia donde vas con cierta regularidad a conectarte con Dios. Escuché hace poco que a la iglesia se le debe dar “cuando se puede, quiere y tiene”… ¡Por eso no damos! Desde el Génesis, el primer libro de la Biblia, Dios nos cuenta la historia de Caín y Abel, de los primeros habitantes en la tierra, estos dos hermanos debían dar el 10% de lo que ganaran en su trabajo (sembrar, cosechar o cazar), en ese tiempo aun no hay iglesias, así que era necesario que tomarán ese porcentaje de sus ganancias en especie y lo dedicaran a Dios. Abel lo lleva con un corazón agradecido, pero Caín va muy enojado porque “no le va a alcanzar si da este porcentaje”… La historia termina en una asesinato, pero lo más importante es que desde el principio a Dios le importa que le demos el 10% de lo que recibimos con alegría, sabiendo que es una forma de agradecer lo mucho que Él nos da.

Un proverbio dice: “Demuéstrale a Diosque para ti él es lo más importante.Dale de lo que tienesy de todo lo que ganes; así nunca te faltaráni comida ni bebida. (Proverbios 3:10) Dios es el dueño de todo, no necesita nuestro dinero, pero necesita que aprendamos a desprendernos y dejar de amar el dinero más que a cualquier otra cosa. Es necesario que demos nuestro diezmo para que la iglesia pueda seguir en pie, cualquier a la que decidas ir, para que pague luz, renta, sillas, limpieza, etc. ¡Así de sencillo!

Pero tengamos cuidado, porque más que la cantidad a Dios le importa la actitud. (2ºCorintios 9:6-10) “El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho.» Cada uno debe dar según crea que deba hacerlo. No tenemos que dar con tristeza ni por obligación. ¡Dios ama al que da con alegría! Dios puede darles muchas cosas, a fin de que tengan todo lo necesario, y aun les sobre. Así podrán hacer algo en favor de otros.

Si estás dispuesto a “invertir” tu dinero en apuestas inciertas y donde casi siempre saldrás perdiendo mucho, dale una oportunidad a Dios. Dios es la mejor inversión que existe. Anímate a dar el 10% de lo que ganes en tu iglesia, con la actitud correcta y verás que Dios sí cumple lo que ha prometido desde hace miles de años. No es un chantajista, como los muchos que ya has probado.  Dicen que: “En el pedir está el dar”, pero con Dios: “En el dar está el recibir”. Esto no es obligación, es una decisión personal, pero vale la pena que se convierta en un estilo de vida y un hábito.

Deja de aferrarte al dinero esperando que el dinero te dé más dinero. Dicen que la definición de locura es “hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes”, atrévete a hacer algo diferente y verás cómo los resultados te sorprenderán, decídete a DAR y prepárate para RECIBIR.


¡Cambio y Fuera!

lunes, 27 de mayo de 2013

El Verdadero "KARMA"

¿Por qué seremos tan egoístas? Leí que (Martínez, 2010) “según un estudio, el deseo de hacer cosas buenas por los demás podría tener una causa genética. Algo así como "altruismo" genético. Al menos eso es lo que sugieren los resultados de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Bonn, en Alemania, en el que se constató que un cambio minúsculo en un gen particular estaba relacionado con una voluntad significativamente mayor de proveer a otros.” De ser así, parece que algunos están “a salvo” de ser generosos y no se deben de preocupar por eso en lo absoluto.

El diccionario define generosidad como la virtud que nos conduce a dar y darnos a los demás de una manera habitual, firme y decidida, buscando su bien y poniendo a su servicio lo mejor de nosotros, tanto bienes materiales como cualidades y talentos. La definición es mucho más compleja que una simple limosna en la calle, o dar las sobras a algún mendigo que se nos cruce. Ser generoso es un hábito, es decir, una acción continua y decidida; que además no da sólo las sobras, si no lo mejor para los demás.

¿Será que ser generoso es cuestión de genética? El creador de la genética, es decir, Dios, dice que (Hebreos 13:16) “Nunca se olviden de hacer lo bueno, ni de compartir lo que tienen con los que no tienen nada. Ésos son los sacrificios que agradan a Dios.” Empieza la frase con un “nunca se olviden”, porque Dios sabe que ser generosos no es algo que vaya con “nuestra naturaleza”, al contrario, nos encanta ser egoístas, avaros y sólo pensar en nosotros mismos. Lo que más me llama la atención es la última parte de la cita anterior, “ésos son los sacrificios que agradan a Dios”. Para empezar, Dios sabe que compartir lo bueno que tenemos es un sacrificio, o sea, nos cuesta muchísimo trabajo. Pero además de todo, a Él no le interesa si dejas de comer, o vas de rodillas por todo un país; el sacrificio que le importa es que dejemos el egoísmo y busquemos dar lo mejor de nosotros a los demás.

He escuchado mucha gente decir que no vale la pena leer la Biblia, y solo recuerdan la siguiente parte de Mateo 22:37-40: “El primer mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo lo que eres.” Y el segundo mandamiento en importancia es parecido a ése, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.” Toda la enseñanza de la Biblia se basa en estos dos mandamientos.” Pero amar a los demás no solo se refiere a amar a tus seres queridos. Vale la pena hacer referencia a otra cita en Efesios 5:2: “Deben amar a los demás, así como Cristo nos amó y murió por nosotros.” El reto se complica. Amar a Dios se resume en amar a los demás como Jesús nos ama a nosotros. Así que la teoría que mencionamos al principio, sobre como el altruismo o generosidad es solo para unos cuantos, para Dios no es cierta; al contrario estas actitudes son para todos, sin exclusividad. De hecho, suena loco, pero en la Biblia se habla más sobre dar, que del mismo infierno. Dar es la principal característica de Jesús, cuando buscamos tener esa actitud dadivosa es cuando verdaderamente nos parecemos a Él.

¿Has oído lo que dicen del karma? Que todo se regresa y esa debe ser la razón para ser “buenas personas”. La realidad es que Dios lo explicó desde el principio de los tiempos: (2ºCorintios 9:6-8) “Acuérdense de esto: «El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho.» Cada uno debe dar según crea que deba hacerlo. No tenemos que dar con tristeza ni por obligación. ¡Dios ama al que da con alegría! Dios puede darles muchas cosas, a fin de que tengan todo lo necesario, y aun les sobre. Así podrán hacer algo en favor de otros.” Nada de karma ni polvos mágicos, da con alegría de lo mucho que Dios te da, para que te siga llegando aun más.

Siempre me gusta tener en mente la frase de C.S. Lewis “Todo lo que no es eterno, es eternamente inútil”. Así que no vale la pena que acumulemos cosas. Vale la pena dar a otros. Es un hábito que nos dará recompensas eternas. No es cuánto dinero tengo yo, si no cuánto tiene el dinero de mí. Da tu tiempo, tu dinero, tu respeto, tus palabras, tu puntualidad, aquello de lo que puedas prescindir, tu buena actitud, tu sonrisa, tu oído, un aventón a algún amigo, comida…. ¡Sobran formas de ser generoso! Solo atrévete a serlo. No te conformes con tu genética egoísta, adopta el estilo de vida aquel es que mucho más que genes, busca parecerte a Dios.

¡Cambio y fuera!
 REFERENCIAMartínez, Y.,  “Investigadores alemanes encuentran el “gen del altruismo”, tomado el 22 de mayo de 2013 de: http://www.tendencias21.net/Investigadores-alemanes-encuentran-el-gen-del-altruismo_a5066.html